Lun 09.09.2013

DIALOGOS • SUBNOTA  › ¿POR QUé MARIO PAOLETTI?

Escritos, exilios, conversaciones

› Por Andrew Graham-Yooll

Conocí a los hermanos Paoletti hace más de cuarenta años, cuando estaban empeñados en demostrar desde La Rioja (la más empobrecida de las provincias argentinas) que era posible editar un diario hecho por una cooperativa de periodistas y gráficos, única en el mundo. Y también, al mismo tiempo, que fuera un diario bien escrito y fuese independiente, como lo declaraba su nombre.

El mayor de los hermanos, Alipio, Tito o El Gordo, Paoletti (1936-1986), ya es una especie de leyenda de la historia del periodismo argentino. Fue, también, quien inició desde la Comisión Argentina de Derechos Humanos, en Madrid y junto a Eduardo Luis Duhalde (1939-2012) y Gustavo Roca, la investigación cuya información acabaría en el Nunca más y los juicios a los responsables del terrorismo de Estado. El hermano menor, Mario “Cacho” Paoletti (Buenos Aires, 1940), escritor premiado por entonces por la Casa de las Américas y desde entonces premiado mucho más, entregó el 25 de mayo de 1980, a poco más de un mes de su llegada a España como refugiado político, un informe sobre la represión a la Comisión Argentina por los Derechos Humanos (de la que formaba parte también Julio Cortázar) para ser presentado ante la comisión de las Naciones Unidas en Ginebra.

Su testimonio tenía una sonoridad y una fuerza que reflejaban fría y claramente lo que sucedía en el país... “Me llamo Mario Argentino Paoletti Moreno. Soy casado y padre de tres hijos. Fui detenido en mi país el día del golpe militar a las 4 de la mañana, mientras dormía en mi casa, en La Rioja. Una patrulla del Batallón de Ingenieros 141 llamó a la puerta. Mientras un suboficial me apuntaba con su arma, su compañero me dijo que debía acompañarlos. Pregunté si antes podía asearme. ‘No vale la pena –respondió el del arma– porque esto es un asunto que no va a llevar más de 30 o 40 minutos’. El plan de quebrantamiento moral y físico de todos quienes fuimos detenidos comenzó a ejecutarse desde el primer día. Permanecí detenido durante cuatro años y diecinueve días...”

A Mario le “tocaron” estos cuatro años de cárcel muy duros y luego salió deportado hacia España, donde aún sigue dedicado a la literatura y a la educación (dirige una universidad para extranjeros en Toledo). Lleva ya publicados quince libros, entre novelas, relatos, poesía y ensayos. Este año se reeditará en Buenos Aires su trilogía argentina, una rara avis que se inicia en los años treinta, con una primera parte publicada en 1989 y premiada en España y luego reeditada en Buenos Aires por la Editorial de Belgrano. Su autobiografía en construcción, Bibliotecario en Auschwitz, es una fascinante lectura de sus años en las cárceles de la dictadura. Cuando se publique, tendrá que ser lectura obligada en todos los niveles escolares.

Compartimos un almuerzo en Madrid a principios del verano europeo en una inevitable parrilla argentina, a metros de la Gran Vía. Allí fue posible que volviésemos a ponernos al día.

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