Sólo es ver su parecido con Agustín Tosco para darse cuenta que Daniel Dibiase interpreta al dirigente del Cordobazo en un obra teatral. Hijo de trabajadores de la zona de Saladillo provincia de Buenos Aires hizo el colegio industrial en Villa Luro donde se recibió de electro técnico. Siempre le gustaba imitar y contar cuentos, hacía los guiones en las fiestas escolares pero fue en una muestra de teatro de Héctor Bidonde donde definió su lugar en el mundo. Estudió con Lito Cruz, Augusto Fernández, trabajó en el Parakultural cuando estaba Batato Barea “Para un muchacho de Mataderos y Villa Luro que en una clase de teatro una compañera me diera un piquito me dejó duro, me voló la cabeza”. Hizo obras infantiles, sufrió los vaivenes de la profesión, manejó remises, vendió libros y celulares. Tosco la obra teatral, de Alejandro Finzi, se representó en el Centro Cultural de la Cooperación con la dirección de Sebastián Berenguer y emprende en estos días una gira por Bahía Blanca, Santa Fe, Córdoba y en las sedes sindicales de ciudades de la provincia de Buenos Aires. Un capítulo aparte dentro de la pieza teatral es la composición de Cristian Thorsen como el bichito de luz que pregunta una y otra vez cómo organizar una asamblea de luciérnagas, humor, desparpajo y autenticidad atraviesan la sala cuando Thorsen habla, transpira y gesticula. Conmovedor resulta el diálogo imaginario con la guerrillera Susana Lesgart, en la ficción vecina de celda de Tosco. Dibiase investigó la vida del dirigente gremial a 40 años de su muerte y eso le dio la posibilidad de entregarse a un personaje tan admirado como difícil de componer.