Jue 04.11.2004

DISCOS  › HOLLAND Y MEHLDAU CON SUS GRUPOS EN BUENOS AIRES

Dos selecciones del jazz

Son dos de los mejores. Ganan premios y encuestas. Uno es un gran pianista y el otro un extraordinario contrabajista. Hoy toca el trío de Mehldau y mañana el quinteto de Holland.

› Por Diego Fischerman

Con su disco anterior, en el que tocaba con una fenomenal y atípica Big Band, Dave Holland había ganado un Grammy. El último, llamado Extended Play y registrado en vivo con su quinteto en el famoso club Birdland, acaba de ser elegido por los críticos estadounidenses como “álbum del año” en la encuesta anual que realiza la revista especializada Down Beat. El quinteto, desde ya, encabeza las posiciones, en la misma encuesta, como grupo acústico y el propio Holland, desde hace 25 años es uno de los más votados como mejor contrabajista y como mejor compositor. En 2004 fue elegido, además, artista del año, con lo que fue el primero en la historia de la revista en ganar cuatro categorías.
Los registros más recientes de Brad Mehldau también son en vivo. El anterior con su extraordinario trío y el más nuevo grabado en Tokio y a solas muestran al pianista refinando hasta el extremo de lo posible un estilo tan introspectivo como alejado de los lugares comunes del jazz. Ambos, Holland y Mehldau, son dos de los músicos más importantes de la escena actual y ambos lideran dos de los mejores grupos posibles. Y los dos tocarán con ellos, hoy y mañana, en Buenos Aires. Esta noche, en el Teatro Coliseo (Marcelo T. de Alvear al 1100), abrirá el juego Mehldau, junto a Larry Grenadier en contrabajo y Jorge Rossy en batería. Mañana, en la misma sala, estarán Holland en contrabajo, Chris Potter en saxo, Robin Eubanks en trombón, Steve Nelson en vibráfono y Nate Smith en batería, integrante habitual del grupo de Potter, reemplazando a Billy Kilson.
Holland, inglés de nacimiento pero enamorado del jazz norteamericano, está radicado en Nueva York desde hace años. Su primera aparición importante en la escena musical fue en el quinteto de Miles Davis, en algunas de las sesiones de la época del álbum In a Silent Way, donde ocupó el lugar dejado vacante por Ron Carter. A comienzos de los setenta estuvo ligado a algunos proyectos cercanos al free jazz y a las vertientes más experimentales del género, mientras tocaba con la cantante Betty Carter. De esos años es su primer disco para el sello ECM, Conference of the Birds, donde toca con dos saxofonistas geniales: Sam Rivers y Anthony Braxton. Además de sus participaciones en proyectos junto al guitarrista Pat Metheny, el trompetista Kenny Wheeler (junto a él grabó Gnu High, en donde también tocaban Keith Jarrett y Jack De Johnette), el guitarrista John Abercrombie o el saxofonista Michael Brecker, Holland formó, en el final de esa década, la primera encarnación del quinteto, en la que tocaba el luego célebre saxofonista Steve Coleman. El quinteto actual se conformó en 1997 y une un virtuosismo descomunal a una interacción increíble, una gran calidad compositiva y una riqueza de planos y niveles de escucha posibles que lo coloca entre los más grupos más perfectos de la historia del jazz.
El salto a la fama de Mehldau comenzó con su participación en el grupo del saxofonista Joshua Redman. Casi enseguida salió su primer disco con el mismo trío con el que ya tocó en Buenos Aires en 2002 y volverá a hacerlo esta noche. El título, Introducing Brad Mehldau era tan ascético como el de todos los otros álbumes que grabó con ese grupo, titulados todos de la misma manera, The Art of the Trio y numerados como si se tratara de distintos volúmenes de una enciclopedia. Y, paralelamente, dos discos ejemplares con otro trío, junto a los ilustres Charlie Haden en contrabajo y Lee Konitz en saxo alto. Un concepto musical que abreva tanto en tradiciones del género como las fijadas por los pianistas Art Tatum y Errol Garner, como en las consolidadas por McCoy Tyner y Herbie Hancock, se une a un lenguaje fuertemente emparentado con la armonía de Debussy y Ravel aunque también, sobre todo en cuestiones formales, con el romanticismo alemán. El dato saliente, no obstante, es un uso de la mano izquierda sumamente infrecuente en el jazz, en el que el contrapunto aparece casi siempre jerarquizado sobre el mero papel de sostén rítmico y acórdico. El estilo de Mehldau, por otra parte, se complementa a lasmaravillas con los de sus dos compañeros, consiguiendo una suerte de voz única en la que el trío entreteje las firmes individualidades de sus integrantes.

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