Vie 18.04.2008

ECONOMíA  › MARTIN LOUSTEAU SE REFIRIO EN FORMA INDIRECTA AL CONFLICTO CON EL CAMPO

El precio de los alimentos y la pobreza

El ministro se refirió al conflicto al advertir sobre el riesgo de alimentos caros a nivel mundial y la necesidad de intervención del Estado sobre las ganancias de los productores para controlar esos precios.

Excluido de la negociación con las entidades que representan a un sector del campo, Martín Lousteau encontró el camino para reafirmar la aplicación de las controvertidas retenciones móviles. Durante una conferencia sobre comercio y desarrollo, organizada por las Naciones Unidas, el ministro de Economía afirmó que la problemática de la demanda de alimentos en el mundo amenaza con retrotraer los niveles de pobreza globales siete años y subrayó que hay que buscar soluciones puntuales para evitar las “hambrunas, los problemas sociales y la inestabilidad política”. “Hay soluciones intermedias, especialmente porque las ganancias que tienen que ver con el precio de los alimentos implican, en los países productores, un tema de distribución interna”, aseguró Lousteau

En ese inquietante escenario de problemas con el precio de los alimentos, Lousteau explicó, en un claro mensaje a los productores agropecuarios que se quejan por la carne y el trigo, que “la India cerró sus exportaciones de arroz, por lo tanto hay menos arroz para el mundo”. “Pero qué puede hacer un gobierno que enfrenta hambre”, justificó el ministro.

El funcionario instó a trabajar para ingresar en un “cauce normal de desarrollo” y a partir de entonces las decisiones pasan a ser “una decisión ideológica”. “Tenemos que aprovechar las recetas para el desarrollo que se llevaron a cabo en algunos países como Japón en los últimos cuarenta años y China en los últimos veinte”, añadió. El ministro se limitó a disertar durante casi media hora en un panel sobre Globalización y Desarrollo Integrador. Realizó una radiografía de la distribución del ingreso en Argentina y argumentó que para mejorarla no alcanza con el crecimiento del Producto, sino que éste debe ser sostenido, estable y con una importante participación del Estado en el proceso redistributivo. Además, defendió los actuales niveles de gasto público y criticó a los organismos multilaterales, a los que llamó a buscar nuevas recetas para hacer frente a la crisis financiera global y controlar el alza generalizada en el precio de los alimentos.

Los ciclos de auge y estancamiento fueron en Argentina un factor erosivo en la distribución del ingreso, “si no se crece en forma sostenida no se puede tener ni Estado, porque no hay parámetros claros ni lineamientos de largo plazo, para hacer gestión publica. Cuando el contexto cambia constantemente, desde la gestión pública lo que se hace es responder a la crisis y apagar incendios y no es posible desarrollar políticas de largo plazo”, indicó Lousteau. Para el ministro, “la situación en el mercado es igual, la asignación eficiente de recursos es cortoplacista y no genera una base para crecer sostenidamente” y remarcó la importancia de que las reglas del juego estén definidas. “Lo mismo pasa cuando uno intenta trabajar en cadenas productivas. No hay manera de hacerlo si no se dan dos condiciones: estabilidad y crecimiento.” Sin embargo, el funcionario apuntó que “luego de treinta años de desarticulación entre lo público y lo privado, seis años consecutivos de crecimiento del Producto permiten que se comience a fortalecer el Estado y la acción pública”.

Lousteau defendió los niveles de gasto público del país al sostener que “en la década del ’70 los países desa-rrollados y Argentina tenían un Estado que representaba entre 25 y 27 puntos del PIB, hoy en los 17 países más desarrollados representa 40 puntos del Producto y en Argentina estamos gastando por habitante una cifra muy parecida a lo que gastábamos hace treinta años, pero las demandas de la población aumentan, la salud se complejizó, la educación es más larga y la seguridad, entre otras cosas por el empeoramiento en la distribución del ingreso, requiere más recursos”.

Lousteau planteó escenarios hipotéticos para las políticas públicas si el crecimiento continúa. “Si se creciera diez años seguidos al 5 por ciento y la evasión se reduce uno por ciento, el Estado podría aumentar sus recursos el 60 por ciento, sin cambiar la presión impositiva. Significaría 170.000 millones de pesos –de hoy– más con los que se podría aumentar el gasto por habitante 50 por ciento.” Los destinos que aventuró Lousteau para los “nuevos” recursos del Estado “permitirían reducir el IVA 4 puntos, manteniendo los mismos niveles de superávit, subir 40 por ciento los haberes medios, destinar 24.500 millones de pesos a educación, 22.200 millones adicionales para programas sociales y 44 por ciento más de recursos en salud por habitante.”

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