ECONOMíA › REDRADO ALERTO POR LA DIMENSION DE LOS PROBLEMAS EN ESTADOS UNIDOS
El presidente del Banco Central destacó que la Argentina afronta el cimbronazo sin el dramatismo de otras épocas. Pero señaló que América latina no es del todo inmune. Una contracción de los países desarrollados podría afectar a la región en 2009.
“Lo que hace más de un año era sólo un problema ceñido a los deudores de los créditos subprime, se ha transformado en la crisis global más importante de las últimas décadas”, alertó ayer el presidente del Banco Central, Martín Redrado. Los mercados financieros y de commodities continúan en el centro de la tormenta. Dentro de este panorama internacional de devaluación del dólar y de impacto en el sistema financiero estadounidense, la Asociación Empresaria Argentina organizó una jornada para analizar el contexto global y las respuestas que está dando la Argentina. En ese encuentro, el titular del BCRA destacó que Argentina soporta la crisis sin grandes sobresaltos.
“Hoy por hoy resulta inevitable recapitalizar al sistema para compensar la escasez de crédito. Al respecto, nos encontramos ante un creciente uso de herramientas poco convencionales, como las que utilizó la Fed (banca central norteamericana) en el salvataje del Bear Stearns. Por primera vez, no somos el epicentro de una crisis. Sin embargo, América latina no es completamente inmune. En mi opinión, la región no se verá afectada en 2008, aunque podría producirse una leve repercusión en las tasas de crecimiento del año que viene”, describió.
Otro dato fundamental, derivado de una posible disminución del comercio mundial, sería una caída de los precios internacionales de las materias primas, algo que todavía no está ocurriendo, ya que la demanda global sigue aumentando. “Las materias primas agrícolas acumulan incrementos de precios del 100 al 150 por ciento desde principios de siglo, con una aceleración en 2007-2008, generado por bajos stocks. Las existencias de maíz están un 30 por ciento por debajo del promedio de los últimos diez años”, explicó.
Ante este escenario, la política monetaria debe ser –en boca de Redrado– robusta. En el caso argentino, ésta contaría con tres pilares:
- “Una política monetaria que garantiza el equilibrio entre la oferta y la demanda en el mercado de dinero. Este sistema es el más adecuado para una economía que todavía hace un uso intensivo de medios de pago relativamente líquidos y que tiene un grado bajo de penetración bancaria”.
- “Un régimen de tipo de cambio flotante administrado, que nos permite hacer frente a situaciones de estrés financiero. Es decir, un régimen que brinda previsibilidad, evitando la volatilidad excesiva que perturbe las decisiones económicas”.
- “Políticas anticíclicas que preparen a la economía para hacer frente a perturbaciones externas, como el atesoramiento de reservas (50.409 millones de dólares) y un sistema financiero sólido que amortigua las turbulencias en lugar de propagarlas”.
Ricardo Arriazu, otro de los participantes de la jornada de AEA, abordó uno de los problemas colaterales de la crisis mundial: el aumento de los precios de los commodities. Para el especialista, la demanda de granos y oleaginosas está creciendo a un ritmo anual del 2 por ciento, en comparación al 1,2 de la década anterior. Además, hubo un estancamiento de la producción agrícola entre 1996 y 2003, lo que provocó una caída en los stock de granos. A esto se le debería sumar la devaluación del dólar, que explica cerca del 30 por ciento de la más reciente suba de precios y la especulación financiera.
–¿Cómo cree que resolverá esta crisis el próximo gobierno norteamericano? –le preguntó Página/12.
–Si los demócratas ganan la presidencia, adoptarán políticas proteccionistas. Esto ya se ve en su rechazo al Tratado de Libre Comercio firmado con Colombia y el pedido de revisión del tratado con Canadá. Frente a esta nueva crisis de la globalización, asumo que apostarán por políticas más proteccionistas. Se revivirá la tensión Globalización - Proteccionismo. Y antes de las elecciones, creo que la actual administración empezará a subir las tasas de interés al mismo tiempo en que Europa las bajará.
Arriazu, como otros economistas de perfil ortodoxo, prioriza el comercio internacional sobre otras variables. La mayoría de los países sudamericanos abandonaron esa lógica, preponderante en los ’90, y también se apartaron de proyectos como el ALCA. La región transita un camino de profundización de la integración, con proyectos como el del Banco del Sur.
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