ECONOMíA › ROCCA VIO A CRISTINA PARA INFORMARLE SOBRE LA NEGOCIACIóN POR SIDOR Y PEDIR “ACOMPAñAMIENTO”
Techint ya negocia con el gobierno de Chávez el valor que recibirá por ceder el control de Sidor al Estado venezolano. Pedido a Cristina para que ayude a acelerar el acuerdo. La firma de los Rocca conservará una porción minoritaria y buenas relaciones.
› Por Raúl Dellatorre
El grupo Techint seguirá en Sidor, la siderúrgica venezolana, pero como socio minoritario de la empresa que pasará a manos del Estado. De acuerdo con lo que ayer conversó el titular del grupo, Paolo Rocca, con la presidenta argentina, sólo resta definir el precio que pagará el gobierno de Hugo Chávez por aumentar la participación estatal, del actual 20 por ciento hasta el 60 por ciento, tal como fuera anunciado hacia fines de la semana anterior. Precisamente, una de las cuestiones que ayer conversó Rocca con Cristina Kirchner, en un encuentro del que también participaron Luis Betnaza, directivo de Techint, y el ministro Julio De Vido, fue el papel de acercamiento que puede practicar la presidenta argentina para facilitar este tramo final de la negociación. Otro objetivo compartido que surgió de la charla es que la reestatización de Sidor no dañe la relación comercial entre Argentina y Venezuela, particularmente con las empresas argentinas que están participando en el proceso de industrialización venezolana. Techint seguirá en la nación caribeña, no sólo con una participación en la producción de acero (Sidor), sino además con la producción de tubos sin costura (Tavsa) y de briquetas (Matesi).
Cristina Fernández y De Vido recibieron a los dos directivos de Techint pasado el mediodía en la Casa Rosada. La dura condena que recibió la reestatización de Sidor de parte de las principales centrales empresarias argentinas (UIA, AEA) generó un clima de tensión en torno de cuál sería la posición que las autoridades del grupo ítalo-argentino podrían exigirle al gobierno nacional. Una carta de Paolo Rocca a Cristina, el último fin de semana, pidiendo que intercediera ante su par venezolano, dio pábulo a todo tipo de conjeturas.
Sin embargo, los pasos posteriores descolocaron la agresiva postura de dichas entidades. Desde mediados de esta semana, se sucedieron los contactos tripartitos entre ambos gobiernos y la dirección de la empresa, producto de lo cual surgió un primer acuerdo entre Chávez y Rocca. Ayer, Cristina y el titular de Techint repasaron los términos de ese acuerdo, que crea una comisión de transición “para la transferencia accionaria y de las operaciones productivas” de Sidor a manos del Estado bolivariano. Simultáneamente, empezó a funcionar una comisión negociadora “para acordar el valor de la compensación y la forma en la cual se podrá dar continuidad al proyecto industrial entre Ternium (filial latinoamericana de Techint) y Sidor”, asegurándose que, en ese marco, “Ternium mantendría una participación en el capital de la empresa Sidor”, según reconocen ambas partes.
A última hora del jueves, la presidenta argentina había recibido información sobre la marcha de las negociaciones de parte de Rafael Ramírez, no tanto por su rol de ministro de Minas y Energía de Venezuela, o como presidente de Pdvsa, sino por tratarse de uno de los hombres más cercanos y de mayor confianza de Hugo Chávez. Ramírez le transmitió los avances logrados por su par de gabinete, el titular de la cartera de Industrias Básicas, Rodolfo Sanz, que encabeza las negociaciones. Las diferencias entre el precio que Venezuela ofrece por el 40 por ciento de las acciones de Sidor y lo que Techint pretende están imponiendo una pausa. Esta cuestión y la participación que tendría el grupo privado en la futura gestión de la empresa reestatizada son los puntos que aún se negocian. En este aspecto, el pedido de Paolo Rocca de ayer es que Cristina comprometa su esfuerzo para “acercar a las partes”.
El conflicto entre Techint y el gobierno de Chávez explotó por una negociación salarial y por condiciones laborales, aunque ya venía con otra disputa prevaleciente: la actitud de la empresa en el mercado del acero que el gobierno consideraba como abusiva de su situación monopólica. A pesar de contar con insumos provistos a precios subsidiados por el sector público (mineral de hierro y energía eléctrica), Sidor –en manos de Techint– le vendía al mercado interno venezolano a cotización internacional. No resultaba una práctica nueva: dentro de su estrategia de expansión mundial, la firma de los Rocca siempre apuesta a lograr resultados fuertemente positivos en los mercados internos, para así compensar las desventajas que enfrenta ante rivales más poderosos en el mercado internacional.
Tras fallar en un último intento de negociar su continuidad al frente de Sidor –ofreció un aumento salarial del 130 por ciento–, Paolo Rocca optó por la opción menos dolorosa: seguir en el mercado venezolano. Aunque asociado al Estado, es una forma de bloquear el ingreso de alguno de sus rivales y su desplazamiento de esa plaza.
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