“El tipo de cambio tiene que ser competitivo, pero un dólar demasiado alto es inconsistente con una política contra la inflación”, advirtió ayer Cristina Fernández delante de 400 empresarios en la celebración del Día de la Industria, en la sede de la Unión Industrial Argentina. La Presidenta respondió de ese modo al insistente pedido de los anfitriones de elevar la paridad real de la divisa, con una cotización nominal que en este momento les gustaría entre 3,40 y 3,50 pesos. Fue una definición importante por dos motivos: por la cuestión puramente cambiaria y porque por primera vez apareció en el discurso oficial el tema inflacionario como un punto central de la agenda pública.

Cristina aprovechó el acto para reiterar sus críticas a “gurúes y evaluadores que decían que nuestro proyecto era transitorio y que todo se iba a derrumbar, y hoy los que se derrumban y viven la peor crisis desde 1929 son ellos”. También adelantó que muy pronto habrá una nueva ley de riesgos del trabajo, un plan de promoción para la producción de motocicletas y el lanzamiento de la garrafa social (ver aparte).

El otro eje del discurso de 40 minutos que pronunció la Presidenta fue el relanzamiento de la convocatoria al pacto social. “Debemos tener un Acuerdo del Bicentenario con una matriz productiva diversificada, con inclusión social y con incorporación al mundo a través de una política agresiva de exportaciones”, convocó. La introducción a esa frase fue una respuesta al presidente de la UIA, Juan Carlos Lascurain, quien antes que ella había advertido que el modelo económico necesita “readecuar algunas variables”. Entre ellas, mencionó específicamente a la inflación. Cristina retomó el tema y dijo: “Vamos a tener que sentarnos a discutir en serio empresarios y trabajadores” para analizar cómo controlar la inflación.

El ministro Florencio Randazzo agregó al final del acto que atender la suba de precios es responsabilidad tanto del Gobierno como de los empresarios. En ese sentido, Cristina les devolvió a los industriales que pedir por un dólar más alto atenta contra la lucha contra la inflación.

La Presidenta insistió en que su rol es representar a todos los argentinos, mientras que las corporaciones empresarias defienden intereses sectoriales. “No hay que tenerles miedo a los reclamos empresarios, pero nuestro objetivo es lograr la cohesión social”, indicó. En medio de esa frase hizo una referencia al presidente de la Sociedad Rural, Luciano Miguens, quien estuvo allí junto a los presidentes de las cámaras del comercio y la banca.

La apertura corrió por cuenta de Lascurain. Su exposición fue la primera de 2003 a la fecha de un presidente de la UIA que se animó a plantear abiertamente reparos al manejo de la política económica. Además de Cristina lo escuchaban seis ministros (Sergio Massa, Julio De Vido, Carlos Fernández, Jorge Taiana, Carlos Tomada y Randazzo) y tres gobernadores (Daniel Scioli, José Luis Gioja y Gerardo Zamora). Dijo que “en medio de la inestabilidad financiera global se están manifestando algunos elementos que afectan la estrategia de desarrollo industrial sustentable”. En ese sentido, agregó que entre los síntomas de la crisis que afectan a la industria figuran “la suba de la tasa de interés, merma de la tasa de crecimiento en algunos sectores, inflación y apreciación del tipo de cambio real y nominal”.

El otro gran reclamo del industrial fue por el artículo 34 de la ley de presupuesto que permite la importación sin arancel de “mercaderías nuevas y usadas” en proyectos que la Secretaría de Energía considere estratégicos. Lascurain reclamó su eliminación.