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El debate por los contenidos del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional continuó generando declaraciones de los integrantes del Gobierno. Los temas centrales fueron el incremento de tarifas y la suba de impuestos. El Presidente sostuvo que “el FMI no se preocupó nunca porque los usuarios argentinos siempre hayan pagado el doble de las tarifas internacionales; por eso no vamos a aceptar ninguna presión de este tipo”. Para el Jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, en tanto, “aumentar impuestos sería ir en contra del proceso de reactivación que está comenzado a gestarse”, concluyó.
Atanasof aseguró que desde el inicio de las negociaciones con el FMI, el presidente Eduardo Duhalde dio dos “directivas claras: atender la emergencia social y crear condiciones para el despegue productivo”. Agregó que “el Presidente quiere que lo antes posible se libere el sistema financiero y podamos sacarle a la gente el verdadero cepo que se les impuso el 3 de diciembre pasado”, completó. Sin embargo el funcionario dijo que para llegar al fin del corralito “se debe avanzar por pasos” y que para su concreción final “habrá que esperar un poco más”.
Por su parte, el propio Duhalde se mostró optimista. Argentina “ya pasó el Vía Crucis” de la crisis y “ahora viene la resurrección vinculada con la producción y el trabajo”. Sobre el contenido del acuerdo, Duhalde sostuvo que “hay quienes dijeron que Argentina acepta todos los condicionamientos. Yo diría que, por primera vez en mucho tiempo, el acuerdo que se logra es uno que no está aceptando ajustes de tipo estructural, que a mi criterio pueden llevar a la Argentina a la situación que después desembocó en la crisis de diciembre”, describió. Al principio, recordó, “nos pedían que 400.000 trabajadores públicos quedaran en la calle, lo cual era imposible hasta tanto no haya trabajo genuino en Argentina. Es muy difícil tomar decisiones de ese tipo, (porque) además de ser injustas, son prácticamente imposibles desde el punto de vista de la viabilidad política”, agregó el mandatario.
El Presidente evitó pronunciarse respecto a la fecha en que se firmaría el acuerdo, aunque dejó entrever que en un plazo no mayor a 20 días concluirían las negociaciones. “No, confirmar la fecha no, pero sí creer que en un plazo de 20 días estarán concluidas las negociaciones”.
En otro tramo de la conferencia de prensa, Duhalde dijo que eligió optar “por un modelo económico que no llevó a la Argentina a la hiperinflación” y recordó que “casi todos los economistas decían que íbamos a un proceso hiperinflacionario, a un caos, y hoy esos mismos cambiaron sus argumentos”. El Presidente defendió los programas sociales, que también habían sido criticados por el organismo multilateral.
De esta manera, el jefe del Estado fijó los límites que el Gobierno argentino impuso a los reclamos del FMI, los mismos que aparecen en el borrador de la carta de intención que el ministro de Economía, Roberto Lavagna, envió ayer a Washington rechazando los pedidos de aumentos tarifarios de entre el 20 y 30 por ciento que reclamaba el Fondo, tanto como la posibilidad de profundizar el ajuste fiscal en el Nación y las provincias o recurrir a un incremento impositivo para conseguir un superávit primario de las cuentas públicas del orden del 2,5 por ciento.
Los otros dos aspectos a los que no accedió el Gobierno de Duhalde fueron a la liberalización del mercado cambiario de forma instantánea y a la responsabilidad del Estado nacional que reclamaba el FMI para llevar adelante una auditoría sobre los bancos públicos, en especial el Ciudad y el Provincia de Buenos Aires.