El Banco Central aprobó finalmente la propuesta de los accionistas del Nuevo Banco Industrial de Azul para adquirir el Velox, que consiste básicamente en asumir el pasivo de 58 millones de pesos de la entidad suspendida, de los que se integrarán 50 millones en efectivo y el resto en títulos. El Fondo Fiduciario de Capitalización Bancaria hará un aporte de 10 millones de pesos, en tanto se sigue negociando el monto de asistencia que ofrecerá Sedesa (Seguro de Depósitos SA).
A partir de hoy, se discutirá en el Ministerio de Trabajo la situación de los 300 empleados del Velox más otros 300 de empresas vinculadas, “con el fin de mantener la fuente de trabajo para el mayor número posible de trabajadores”, según señaló un comunicado del Central. Hasta ayer, los trabajadores ocupaban la sede de Sarmiento y San Martín en reclamo de garantía para sus empleos.
El Banco Central recordó que el Velox es el último banco suspendido cuya situación había quedado sin resolver. La familia Peirano, dueña del Velox, es investigada además por presuntas irregularidades cometidas en las entidades que posee en Uruguay y Paraguay. Los directivos no integrantes de la familia habían presentado un recurso de no innovar pretendiendo la continuidad de la entidad en sus manos, pero pese a que la Justicia le habría dado el visto bueno, el Banco Central lo descartó.