La producción siderúrgica tuvo en febrero una caída del 40 por ciento, con una capacidad ociosa del 50 por ciento. Los datos, reveladores de la parálisis que está afectando al sector, fueron difundidos ayer por el Centro de Industriales Siderúrgicos, que alertó que este derrape no puede ser compensado con exportaciones, debido a la crisis del mercado global.

El informe del CIS indica que la producción de acero crudo en febrero alcanzó las 257.100 toneladas, 9,4 por ciento menos respecto de enero y 41,8 por ciento abajo del mismo mes que el año pasado. Algo similar ocurrió con el hierro primario, que en el mismo mes alcanzó las 209.700 toneladas, un 1,9 por ciento menos que enero y un 45 por ciento por debajo del mismo mes del 2008.

Si se compara un bimestre del año con otro, la declinación es igualmente contundente. La producción de acero crudo cayó un 37 por ciento y la de hierro primario, un 46,8 por ciento.

Según el CIS, se verifica una “fuerte” retracción de la demanda de los principales sectores usuarios de acero, como la industria de la construcción, la automotriz, la de artículos para el hogar, bienes de capital y la industria metalmecánica general.

“La alternativa de aumentar exportaciones como salida de la crisis no es viable, ya que la caída que se observa en la demanda internacional de acero es aún mayor que la del mercado local”, advierte la entidad. Por el contrario, se habría acentuado el riesgo de que los productores sean desplazados del propio mercado doméstico por los chinos, habitualmente más competitivos.

La cámara aprovechó la ocasión para advertir su “preocupación” por los incrementos de las importaciones en la cadena del sector, que llegarían al orden del 30 por ciento. A raíz de ese avance de las importaciones, según la cámara, las fábricas locales ganaron en capacidad ociosa, que llegó a la mitad de las instalaciones, según el último registro.

La crisis es parte de un fenómeno global que también perjudica a Brasil. Según el Instituto Brasileño de Siderurgia, en el primer bimestre del año la producción de acero bruto cayó un 42,4 por ciento y la de laminados, un 49,7 por ciento.