El crecimiento chino siguió desacelerándose entre enero y marzo, hasta alcanzar su peor nivel trimestral en una década, aunque es posible que lo peor ya haya pasado, en opinión de varios analistas. El Producto Interno Bruto subió 6,1 por ciento interanual durante ese período, tras el aumento de 6,8 en el último trimestre de 2008 y de 10,6 en el primer trimestre del mismo año, anunció la Oficina Nacional de Estadísticas.

“La economía nacional se ve confrontada a las presiones de desaceleración”, confirmó Li Xiaochao, portavoz de esa dependencia oficial. Pero el primer ministro chino, Wen Jiabao, citado por la agencia China Nueva, estimó poco después que la economía tenía “mejor salud de lo previsto” e hizo hincapié en que los esfuerzos gubernamentales comenzaban a dar resultados. Beijing decidió en noviembre un plan de reactivación económico de 460.000 millones de euros (605.000 millones de dólares), de los que el gobierno financiará menos de la mitad. Las inversiones en capital fijo, otro pilar del crecimiento chino, subieron en el primer trimestre: 28,6 por ciento en las zonas urbanas. “Se han acelerado con la puesta en marcha de grandes proyectos de infraestructura”, recalcó en un informe el banco J. P. Morgan. En tanto, Goldman Sachs estimó que otra señal positiva es el rebote de la producción industrial el mes pasado: 8,3 por ciento contra 3,8 por ciento durante los dos primeros meses del año. Aunque débil para este país, acostumbrado a alzas de dos cifras de su producción industrial, este resultado “refuerza nuestra opinión de que China ya está en el camino de la reactivación del crecimiento”, señaló el banco estadounidense. Para 2009, el gobierno se fijó un objetivo de crecimiento de 8 por ciento, necesario para mantener el empleo en este país de 1300 millones de habitantes.