ECONOMíA › DIRECTIVOS DE GM DE ARGENTINA BUSCAN DEMOSTRAR INDEPENDENCIA DE LA SUERTE QUE CORRA LA CASA MATRIZ
Aunque deberá acostumbrarse a vivir sin aportes de la casa matriz, la filial local de General Motors asegura que cuenta con solvencia económica y financiera para mantener todas sus actividades y cumplir el plan de inversión previsto.
› Por Raúl Dellatorre
Los directivos locales de General Motors pusieron en juego ayer toda su capacidad de persuasión para tratar de demostrar que “las operaciones en Argentina no se verán afectadas por el proceso de reestructuración puesto en marcha en Estados Unidos”. El propio presidente de GM Argentina, Edgar Lourençon, fue quien dio la cara para asegurarlo. Pero mientras dure el proceso de reestructuración y canje de pasivos de GM Estados Unidos, la filial local deberá sostenerse con sus propios recursos. Además, su destino quedará sujeto al acuerdo que se alcance en las negociaciones entre la administración Obama, el sindicato de trabajadores y los tenedores de títulos de la deuda de GM, ya que los activos de la firma en el país pasarían a forma parte de “la nueva” General Motors que surja del eventual consenso entre aquéllos.
“Jurídicamente, somos una empresa independiente de Estados Unidos”, subrayó Lourençon. “Somos una empresa con solvencia económica y financiera y seguiremos operando normalmente en el país y en el Mercosur”, agregó. Tras describir sucintamente los términos del paso de la empresa al ámbito judicial en Estados Unidos, Lourençon señaló lo que a su criterio serán las principales repercusiones a nivel local para la empresa:
- “El proceso que se abrió hoy (por ayer) afecta exclusivamente a las operaciones de GM en Estados Unidos. Las operaciones de las subsidiarias no se verán afectadas. En particular, las operaciones en Argentinas siguen igual que hasta ahora: entregas, servicios, proveedores, todo sigue exactamente igual.” Luego agregó, respecto del proceso abierto en Estados Unidos, que “las autoridades del gobierno y de General Motors tienen mucha confianza en que sea rápido y exitoso, y demore entre 60 y 90 días”. Recordó además que “las operaciones de la firma en Argentina y el Mercosur serán parte de la nueva GM”.
En relación al futuro de las marcas de GM, repasó el titular de la filial local:
- “Se mantienen Chevrolet, Cadillac, Buick y GMC y se discontinúan otras como Hammer, Pontiac o Saturn, que al igual que las plantas que se decidió cerrar, van a su venta o a liquidación”.
Lourençon destacó que la actividad de GM en Argentina no se vio tan afectada por la crisis como otras filiales en el mundo.
- “En mayo colocamos en el mercado 10 por ciento más vehículos Chevrolet que en abril, cuando la evolución para el conjunto del sector marcó una variación casi nula. No hay preocupación con respecto al futuro, somos una empresa sostenible sin apoyo de la casa matriz. Los últimos lanzamientos han sido muy exitosos. En el último trimestre del año estaremos lanzando un producto nuevo, dentro del proyecto Viva, que no reemplaza ningún modelo, sino que apuesta a un segmento en el que hoy no tenemos presencia. Se lanza en Argentina antes que en ninguna otra parte, para todo el Mercosur”, describió.
Respecto del préstamo a la empresa proveniente de fondos públicos, que la presidenta Cristina Fernández anunciaría el jueves próximo en la planta de General Alvear, la pregunta fue “por qué, si son una empresa solvente, necesitan un préstamo del Estado”. Lourençon respondió:
- “No necesitamos salvatajes, lo que se anunciará el jueves es un préstamo de fomento de inversión en futuros productos y pone de relieve la importancia de tener apoyo oficial para estos programa de inversión. Sobre un proyecto total superior a los 500 millones de dólares de inversión, lo que aporta el Estado como préstamo es sólo una parte. GM no está recibiendo subsidios por empleo”, señaló.
Al ser consultado acerca de si el préstamo oficial supondría el compromiso de mantener en planta a los 250 trabajadores suspendidos al dejar de fabricar el Grand Vitara, en octubre del año pasado, Lourençon sugirió que el tema podría ser “tratado el jueves (con autoridades del Gobierno); el propósito de la inversión es promover el empleo”.
De todos modos, y pese al interés del directivo de GM Argentina por demostrar un alto grado de independencia de la firma local respecto de la casa matriz, la suerte de aquélla estará inexorablemente unidad a la que corra la firma en Detroit, aunque no sea una reproducción exacta. Los activos de GM Argentina forman parte del paquete que sustentarán la nueva General Motors, como la definen el gobierno de Barack Obama y las autoridades de la automotriz norteamericana encabezadas por Fritz Henderson. Pero para que exista la nueva GM debería haber un acuerdo de reestructuración de deuda, dentro del proceso legal de la Ley de Quiebras, en el que GM ingresó ayer. Los acreedores, tenedores de bonos de GM, deberían aceptar canjear sus títulos por acciones de la nueva empresa, con una fuerte quita mediante. Además, aceptar que el capital se conforme con mayoría estatal.
Si no hubiera acuerdo, todos los activos ingresarían en proceso de liquidación. Los de América latina, con Argentina incluida, lucen como los más atractivos. Incluso en plena crisis, en el primer trimestre de este año, exhibieron ganancias en sus balances. No les faltarán interesados, siempre que la oferta incluya las marcas.
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