“Existe un ataque artero de sectores importadores que involucra a grandes firmas que no han presentado ni una queja formal en nuestro ministerio”, aseguró ayer la ministra Débora Giorgi a través de un comunicado. El enojo de la funcionaria responde a las críticas que ciertos importadores hacen a las salvaguardas que lleva adelante el Gobierno, a pesar de no elevar denuncia alguna. “Se encargan diariamente de difamar las políticas del ministerio, y entonces no dudan en afirmar que los anteojos de sol tienen licencias no automáticas, cuestión que es falsa, igual que otros argumentos”, ejemplificó.

El documento circuló horas después de que la ministra se reuniera con el Comité Ejecutivo de la Fundación ProTejer, oportunidad en la que reiteró que la aplicación de medidas de monitoreo de las importaciones están defendiendo a la industria nacional del daño que le provoca la competencia desleal. Allí, al igual que hizo con los empresarios nucleados en la Confederación General Empresaria, defendió la aplicación de medidas de monitoreo de las importaciones.

Giorgi sostuvo que “es falso que en nuestro país no se pueda importar, por el contrario las Licencias No Automáticas cubren sólo el 4 por ciento del nomenclador de posiciones arancelarias del Mercosur y representan el 7 por ciento del total de importado anualmente por nuestro país”. “Sin dudas hay sectores enteros que hubieran desaparecido literalmente si no preveíamos el daño que puede ocasionar el ingreso de mercadería subfacturada o en condiciones de dumping”, agregó.

“Preservamos el mercado interno de mercaderías que, claramente, están subfacturadas, que ingresan con precios por debajo del valor de la materia prima”, aseveró, tras lo cual agregó: “Ese tipo de containers quizás estén esperando en algún puerto, y no me parece mal”. Según sus cálculos, si se tiene en cuenta los sectores industriales donde el país aplicó el sistema de licencias no automáticas para el monitoreo y control de las importaciones, o inició procesos antidumping para frenar la competencia desleal, su cartera está cuidando el trabajo de unas “560.000 familias de diecisiete provincias argentinas”.

La semana pasada, Giorgi había asegurado que con estas medidas no se había perjudicado a ninguna empresa por falta de insumos. “No se paró ninguna industria”, sentenció entonces. Las licencias automáticas son consideradas una medida paraarancelaria porque demoran las importaciones en los puertos a la espera de la autorización y de ese modo busca desalentar a los importadores. No obstante, los industriales brasileños presionan al gobierno de Lula da Silva para presentar una queja formal ante la Organización Mundial del Comercio.