El Grupo Pampa Sur intentó ganar a los productores del interior de la provincia de Buenos Aires, el año pasado, para el armado de su proyecto político. Fueron los primeros en salir a instalar la idea de una organización propia y promovieron el proyecto del Partido del Campo. La propuesta inicial fracasó y se transformó. María del Carmen Alarcón y sus compañeros eran quienes, en 2008, disparaban mensajes de textos a los celulares para convocar a los cacerolazos supuestamente espontáneos en el centro porteño. Según sus integrantes, el acercamiento al Gobierno empezó hace veinte días. No más. Pese a que la oposición los criticó, la Mesa de Enlace tomó una actitud más cauta. En diálogo con Página/12, dijeron que el mensaje que van a dar es de cautela, porque respetan a Alarcón y esperan alguna señal con cierta expectativa. Aunque, en el fondo, muchos intuyen una traición.

Según una versión, Mauricio Macri ayer le habría pedido la renuncia a Miguel Saredi, director por la ciudad de Buenos Aires del Mercado Central y una de las tres patas principales de Pampa Sur.

La Secretaría de Integración Nacional la creó la Presidenta por el decreto 1110, publicado el martes en el Boletín Oficial. Pampa Sur dice que no es una idea del Gobierno para abrir un canal de negociación con el campo, sino que es una idea que ellos le propusieron al jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.

Hasta ayer, Alarcón desempeñaba un rol parecido como secretaria de Integración Regional del gobierno de Hermes Binner. Hasta 2006 presidía la Comisión de Agricultura por el Frente para la Victoria, pero dejó el cargo cuando se enfrentó al Gobierno por la política de carnes. Desde entonces se alineó con los sectores que se acercaron a las patronales rurales. Binner la convocó para su gabinete, ella aceptó, y desde ese lugar hizo su acercamiento al Gobierno.

“Nadie cambió la actitud, no cambió para nada”, explicó la ex diputada. “Sabemos muy bien qué es lo que la gente necesita inmediatamente. Si vamos a hablar de la política agropecuaria en el medio de un conflicto que tiene más de tres años, estamos equivocados: lo que tenemos que hacer es llevarle las medidas del día a día (al productor agropecuario) y resolverlas. El Gobierno –dijo– nos anticipó que tiene la actitud y la vocación de hacerlo.”