El primer tramo de canje de 8300 millones de pesos en bonos ajustados por CER comenzó ayer y se extenderá hasta el viernes de la próxima semana. La operación permitirá aliviar los vencimientos de los próximos dos años. En tanto, el Fondo Monetario Internacional anunció ayer que desembolsará la ayuda especial de 250.000 millones de dólares para los países miembros del organismo el 9 de septiembre próximo, de los cuales 2500 millones son para la Argentina. Por su parte, el ministro de Economía, Amado Boudou, se mostró menos categórico en la negativa a permitir las revisiones periódicas que establece el artículo IV del estatuto del Fondo. “Puede que sí, puede que no, un 50 y un 50 por ciento”, dijo el funcionario, quien viajará el jueves junto al titular del Banco Central, Martín Redrado, hacia Londres para participar de una reunión del G-20.

Después de varias demoras, el Gobierno puso en marcha el primer tramo del canje de bonos ajustados por CER, el PRE9 y PR12, los cuales serán reemplazados por los Bonar con vencimiento en 2014. El intercambio también incluye los préstamos garantizados residuales. El rendimiento de los Bonar responde a la tasa Badlar (por los depósitos a plazo fijo por más de un millón de pesos), que actualmente está en 12,6 por ciento, más 275 puntos básicos, es decir 2,75 puntos porcentuales. El Palacio de Hacienda estableció que el valor de los bonos a cambiar se fijó con la cotización pública que los títulos tuvieron al cierre de las operaciones del jueves.

Ayer se conoció, además, mediante un comunicado del FMI, que los mercados emergentes y los países en desarrollo obtendrán el equivalente de casi 100.000 millones de dólares de la asignación general de DEG, “destinándose más de 18.000 millones de dicha cantidad a países de bajo ingreso”. La asignación se hará efectiva el 9 de septiembre próximo. De ese volumen, el Banco Central argentino recibirá unos 2500 millones de dólares. “Algunos pueden optar por vender su asignación a otros miembros, en forma parcial o total, a cambio de monedas fuertes para cubrir necesidades relativas a la balanza de pagos, mientras que otros podrían preferir comprar más DEG, a los efectos de redistribuir sus reservas”, señala el FMI.

Por su parte, Boudou admitió finalmente ayer la posibilidad de volver a aceptar revisiones del FMI sobre la marcha de la economía y las cuentas públicas. “Hay un nuevo marco y una nueva relación (con el organismo), veremos”, señaló el ministro. De todos modos, el funcionario aseguró que eso no implica “que nos vengan a auditar, sino cumplir las condiciones que nos permitan normalizar la situación” a través de la revisión del artículo IV. “Mientras haya un Fondo sin condicionamientos y sin recetas que ya fracasaron, y no haya que recibir a representantes que digan lo que hay que hacer, entonces ése será el camino que nos va a permitir un diálogo”, dijo el ministro.