El Gobierno pretende reabrir en un plazo no mayor a treinta días el canje de deuda con los bonistas que no aceptaron la oferta que realizó la Argentina en 2005. El lunes de la semana que viene elevará al Congreso la modificación de la ley cerrojo, para conseguir una suspensión temporal al impedimento de relanzar una oferta. Hoy se enviarán los papeles a las principales comisiones de valores de los países involucrados; en particular, a la Securities and Exchange Commission (SEC) estadounidense. Así lo confirmó ayer el ministro de Economía, Amado Boudou. El titular del Palacio de Hacienda aseguró que esto permitirá al país salir nuevamente a los mercados voluntarios de crédito, pero insistió en que esa vuelta es sólo un instrumento y no un fin en sí mismo. Sin embargo, el deterioro de las cuentas públicas complica el panorama para cumplir con los vencimientos de 2010, aun cuando éstos son inferiores a los enfrentados este año. Es por eso que la cartera económica pretende conseguir financiamiento externo. Boudou aseguró a Página/12 que existirán dos tramos con propuestas diferenciadas para tenedores mayoristas e inversores minoristas. El monto por canjear suma unos 20 mil millones de dólares y se espera un piso de adhesión del 60 por ciento.

La erosión de las cuentas públicas es la que ahora apura los tiempos. El propio Boudou anunció horas antes el superávit primario más bajo de los últimos seis años (ver página 6). Si bien insistió en que los números todavía son positivos, el resultado fiscal, sin contar el pago de deuda, fue un 93,2 por ciento menor que el de septiembre del año pasado. En la conferencia reiteró esa defensa. “El país está en condiciones de avanzar sin emitir deuda”, dijo. El ministro recordó que los vencimientos para el año próximo suman unos 13 mil millones de dólares, bastante menos que en 2009. Pero reconoció que se buscará mantener el gasto fiscal. También señaló que el principal objetivo de la vuelta a los mercados es bajar la tasa de interés. Sucede que cuando los precios de los bonos en circulación caen, sube su tasa interna de retorno. Luego, cuando se compara el proyecto de inversión de una empresa con esa tasa, se vuelve menos atractivo. Eso es porque tiene un “costo de oportunidad mayor” invertir en el sector real que en instrumentos financieros. “Los mercados son entonces un instrumento y no un fin”, señaló Boudou.

Si bien todavía no se definió la letra chica, la propuesta estará basada en la que acercó a Hacienda un grupo de bancos internacionales –conformado por el Citi, Barclays y Deutsche– y que permitirá al país el ingreso de unos mil millones de dólares adicionales. El ministro, acompañado por su vice, Roberto Feletti, y el secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino, aseguró que, para los grandes inversores, la operación estará condicionada a la suscripción de un bono por el 10 por ciento de cada dólar que entre al canje.

El conjunto de bancos que delineó el grueso de la propuesta garantiza una adhesión de 10 mil millones de dólares. Estas entidades financieras se encuentran hoy en una delicada situación a causa de la crisis internacional y algunos hasta debieron ser rescatados por los gobiernos de sus países. Esto favorecería a la Argentina y permitiría un grado incluso mayor de aceptación. “A diferencia de 2005, ahora quedan los más recalcitrantes. Entonces, con el 60 por ciento de piso estaríamos conformes, aunque el objetivo es siempre el ciento por ciento”, agregó el ministro.

Para destrabar los principales condicionamientos con los que se puso fin al canje de 2005, el Gobierno enviará al Congreso la iniciativa de suspender la ley cerrojo. “Esta ventana permitirá al país sacar provecho e ingresar al canje”, aseguró Boudou. La suspensión tendrá como límite diciembre de 2010. Ese proyecto, que llegará al Parlamento el lunes próximo, contiene algunos parámetros necesarios para que sea aceptado. La nueva propuesta deberá ser más beneficios en términos de valor presente para el país y aquellos que hicieron juicios al Estado argentino no tendrán ninguna venta de aquellos que no litigaron contra el país. En tanto, ayer se firmó la “carta mandato” para definir la letra chica del proceso de reestructuración, para lo cual se reunirá Lorenzino con los responsables de los bancos que diseñaron la propuesta. El secretario comenzará desde hoy a enviar las inscripciones correspondientes en las comisiones de valores.

Los funcionarios rechazaron dar mayores precisiones hasta el envío de la propuesta a la SEC. No obstante, pudieron conocerse detalles. La quita tendrá un piso de 65 por ciento. Habrá también dinero en efectivo para el país a través de la suscripción de un bono por el 10 por ciento del monto canjeado a una tasa de “un dígito”. “La intención es que la gente ponga plata”, bromeó Boudou al ser consultado tras la conferencia. Según confirmó a este diario, existirán dos propuestas. “Habría cierta diferenciación para los minoristas”, adelantó Boudou.

Por su parte, Lorenzino reconoció que es difícil discriminar mayoristas de minoristas, pero que se pueden generar incentivos. Los dos tramos se lanzarán juntos con ofertas distintas: uno con una quita mayor y con la obligación de suscribir al bono por el 10 por ciento de lo que sea canjeado, y otro en que no se les solicitará dinero fresco, pero sufrirán una recorte mayor. La decantación será natural. Los minoristas preferirán el recorte y no dinero, mientras que los mayoristas privilegiarán un rendimiento futuro más elevado. Boudou señaló también que el Estado no va a pagar comisión por los montos canjeados.

Todo parece indicar que se entregará un bono Descuento por cada título en cesación de pagos, aunque Boudou evitó dar definiciones al respecto. Se limitó a reconocer que el cupón atado a PIB (la marcha de la economía) “ha sido un buen instrumento para el país y los inversores”. “El paso del tiempo demostró que el canje de 2005 estuvo bien diseñado y ése es un argumento para que los holdouts ahora sí estén dispuestos a aceptar entrar”, finalizó el ministro.