ECONOMíA › EL ORGANISMO DEJó TRASCENDER ADEMáS LA POSIBILIDAD DE QUE LA REVISIóN DEL ARTíCULO IV SEA RESERVADA COMO PIDE EL GOBIERNO
“El FMI no está para defender a inversores privados, pero vemos muy positivo el fin de la Ley Cerrojo”, afirmó ayer el chileno Nicolás Eyzaguirre, director del Departamento del Hemisferio Occidental. También le hizo un guiño al gobierno sobre la revisión del ArtícuIo IV.
› Por Tomás Lukin
El FMI no pierde las mañas: continúa promoviendo públicamente el incremento en el gasto para enfrentar la crisis, mientras aplica las mismas condicionalidades y recetas recesivas a sus préstamos. El esfuerzo publicitario del organismo para diferenciarse de sus traspiés, tanto en sus imposiciones de política como en sus pronósticos, deja al descubierto sus contradicciones y confunde a más de un interlocutor. Sin embargo, la coherencia en la orientación económica del Fondo reaparece cuando festeja la reapertura del canje de deuda: “El FMI no está para defender a inversores privados, pero vemos muy positivo el fin de la Ley Cerrojo”, aclaró el chileno Nicolás Eyzaguirre, director del Departamento del Hemisferio Occidental. Mientras tanto, el culebrón por el Artículo IV comenzó un nuevo capítulo. Los encargados de negociar con el organismo del Ministerio de Economía sostienen que las relaciones están “muy frías”. En ese escenario, Eyzaguirre salió a reavivar la negociación al plantear la posibilidad de que el informe no se difunda y que el organismo no haga un show mediático de su visita.
Para entender la alegría del Fondo frente a la reapertura vale recordar que en 2005, cuando todavía no se había cancelado la deuda con el organismo, pero sí estaba cerrado el capítulo con los bonistas, los funcionarios del FMI presionaban al Gobierno para arreglar con los holdouts, y en el Palacio de Hacienda acusaban al organismo de “jugar a favor de los fondos buitres”.
Más allá del marco histórico, el Fondo festeja y continúa profesando las medidas pro-mercado. “Es muy positivo e inevitable para posibilitar el acceso a los mercados”, comentó Eyzaguirre. La celebración del chileno desconoce que Argentina continuó colocando deuda hasta 2007. Además, no pudo ocultar su malestar e inquietud ante políticas soberanas, como la decisión de Brasil de poner una tasa de 2 por ciento a la entrada de capitales (ver aparte).
A la lista de felicitaciones se sumaron también las cuestionadas agencias calificadoras de riesgo. Fitch, una de las principales y más criticadas empresas del sector, sostuvo que “monitorearemos el progreso de este canje, dado que un resultado exitoso tendría el potencial de generar que se remueva la calificación de emisor de largo plazo en moneda extranjera de Restricted Default”. Las calificadoras de riesgo tuvieron un bochornoso desempeño durante el estallido de la crisis financiera, al evaluar como muy atractivos los activos estructurados con las hipotecas subprime.
En este momento, el Artículo IV no está en el centro de la agenda y eso inquieta a la dirigencia del organismo, que se beneficiaría con la normalización de las relaciones con el país. “Más allá del despliegue mediático que se arma alrededor del tema, a nosotros no nos preocupa tanto la revisión. Pero no podemos volver a aceptar sus recomendaciones ni presiones y tampoco se puede volver al show que hicieron en las últimas visitas. Las caras visibles del FMI cambiaron, pero el staff es el mismo y dificultan mucho el progreso en la reconstrucción del vínculo”, explicó a Página/12 un alto funcionario cercano a Boudou. Hoy, “normalizar” las relaciones con el FMI se presenta a priori como un requerimiento para avanzar en las discusiones con el Club de París, “por eso estamos buscando alternativas para sortear su presencia cuando negociemos con el secretariado del Club”, reconocen.
Después de asegurar el jueves que “no tenemos planes específicos para una consulta del Artículo IV” con Argentina, el Fondo salió a mostrarse flexible, buscó recuperar protagonismo y planteó que el país tiene derecho a pedir que el informe no se difunda. “La pelota está en la cancha de la Argentina y son sus autoridades quienes tienen la soberanía para decidir sobre esto. Queremos hacer un análisis bueno y completo de sostenibilidad. No queremos ser usados por nadie para sus propios fines, ni por el Gobierno ni por la oposición”, declaró el director del Departamento del Hemisferio Occidental. Pese al tono amistoso de sus declaraciones, el funcionario finalizó con una frase algo confusa: “Este no es un ejercicio político, es un ejercicio de vigilancia”.
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