El gobierno bonaerense puso en vigencia ayer el impuesto a la compraventa de automóviles usados. La transacción comenzó a ser gravada por el Impuesto a los Sellos, que fija una alícuota de 2 por ciento. Dicho monto será retenido por el Registro Nacional de la Propiedad Automotor al momento de la transferencia. El nuevo tributo se abonará en reemplazo del impuesto a Ingresos Brutos y alcanzará a operaciones entre particulares o entre agencias no inscriptas en la Agencia de Recaudación Buenos Aires y a las que se realicen en jurisdicciones ajenas a la provincia. La medida fue incluida en la reciente Ley de Reforma Impositiva bonaerense, sancionada por la Legislatura.