Los puestos de trabajo del sector asalariado formal cayeron 1,3 por ciento en el tercer trimestre respecto de igual período del año pasado. Para el sector privado, la merma fue del 3 por ciento, más de 176 mil empleos, que no pudo compensarse por el alza de 83 mil puestos en el sector público. Por ello, la baja total fue de 93.271 empleos formales. Frente al segundo trimestre, la ocupación formal logró crecer muy levemente, otra vez motivado por el sector público. Esto implica que el Estado como empleador generó un mecanismo contenedor frente a la pérdida de puestos de trabajo en el sector privado producto de la crisis. Los datos surgen del informe del Indec acerca de la remuneración del trabajo asalariado para el período julio-septiembre. No se incluyen los datos para los asalariados informales y no asalariados.

Para el sector privado, el salario promedio fue de 3091 pesos en el tercer trimestre, una suba del 18 por ciento anual. Como los puestos de trabajo cayeron un 3 por ciento, el incremento de la masa salarial total fue del 15 por ciento.

La actividad económica con mayor nivel de empleo fue la industria manufacturera, con 1.138.209 puestos, un 20 por ciento del total, seguida por el comercio. La baja interanual en el empleo en la manufactura alcanzó el 4,7 por ciento, mayor al promedio del sector privado. En cambio, en el comercio cayó sólo 1,2 por ciento. El sector financiero, golpeado por la crisis internacional, bajó 9 por ciento, similar al fuerte impacto sobre la construcción (-8,3%). Por su parte, el agro ocupó a 320.518 trabajadores formales, apenas un 5 por ciento del empleo total, aunque en esta actividad la porción de empleo “en negro” es una de las más altas. Para ese sector la caída fue del 2,6 por ciento.

El salario promedio más alto correspondió a la explotación de minas y canteras, con 10.546 pesos. Para la industria manufacturera, el promedio fue de 3797 pesos, subiendo un 17 por ciento. Los mayores incrementos en las remuneraciones totales provinieron de intermediación financiera (27,3%), electricidad, gas y agua (25,4%), servicios sociales y de salud (23,5%) y explotación de minas y canteras (22,7%). En el escalón más bajo se encuentra el agro, con un promedio de remuneraciones de sólo 1775 pesos. La escasa masa salarial que cubre este sector (por bajos salarios y cantidad de puestos de trabajo), y la porción de ingresos que embolsan, ilustra la importante masa de ganancia que obtiene el sector de empresarios agrarios, a pesar de las usuales quejas.

Los datos que aporta el sistema previsional son útiles para estudiar la evolución de los asalariados registrados. Pero en una situación recesiva los más afectados suelen ser los asalariados no registrados y los no asalariados, que no se computan en este informe. Por ello, el efecto real sobre el empleo no se abarca cabalmente en el citado documento. Sin embargo, los datos de salarios son más representativos, puesto que la remuneración de los trabajadores “en negro” tiende a emular a la de los registrados.

Para el sector público, el salario promedio fue de 3831 pesos, subiendo un 18,7 por ciento en términos anuales. La mayor remuneración fue para los trabajadores de los medios de comunicación del Estado, con 9154 pesos, lo que refleja la importancia que tiene la cuestión comunicacional para los distintos niveles de gobierno. En forma anual se crearon 83 mil puestos de trabajo, un alza de 6,7 por ciento. En términos trimestrales subió 4,7 por ciento, creando casi 60 mil puestos. Esto provocó una leve alza en el total, de 40.297 empleos, teniendo en cuenta la baja de 19.197 en el sector privado.

El salario promedio más alto en el sector privado pertenece a la provincia de Santa Cruz, con 6241 pesos, y el más bajo a Santiago del Estero, con 2048 pesos. Entre la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires crearon el 57 por ciento del total del empleo en el sector privado. El salario promedio en la ciudad de Buenos Aires es de 3664 pesos, mientras que en la provincia es de 3010 pesos.

Informe: Javier Lewkowicz.