Jue 25.02.2010

ECONOMíA  › ACERCAMIENTO DEL GOBIERNO NACIONAL A LOS SECTORES EMPRESARIOS. DEFINICIONES Y PROMESAS DE CONTINUAR EL DIáLOGO

La “ímproba tarea” de recuperar confianza empresaria

Unos ochenta empresarios fueron convocados en Olivos por el Gobierno. Cristina Fernández describió las condiciones en que la Argentina superó la crisis. Pidió inversiones.

› Por Cristian Carrillo

Hubo entrada, plato principal, postre y hasta buena onda. El almuerzo de la presidenta Cristina Fernández con los empresarios discurrió en un ambiente afable, que sorprendió hasta a los propios funcionarios. Los directivos de las principales firmas del país no utilizaron el convite para desplegar su habitual arsenal de críticas al Gobierno y, por el contrario, aprovecharon la cercanía con la mandataria para deshacerse en cumplidos. Los popes justificaron su radical cambio de actitud en la manera en la que la jefa de Estado se dirigió a ellos. “Es diferente cuando se escucha a la Presidenta en un discurso tan estructurado como este y no cuando sale únicamente a pegar”, reconoció el responsable de una importante compañía del sector automotor. Cristina brindó un discurso en el que intentó seducir al empresariado presente mediante números concretos, haciendo un repaso de los resultados de su gestión y de la del ex presidente Néstor Kirchner. Eso no impidió que apuntara contra algunos sectores concentrados, como la banca privada por la falta de crédito, ni que reiterara que el salario no es una variable de ajuste.

Todo fue estratégicamente ensayado. Desde la disposición de las mesas en el salón de convenciones de la quinta de Olivos hasta cada palabra que la mandataria utilizaría para acercar posiciones con el sector empresario. Fernández de Kirchner inauguró el almuerzo con un discurso que se extendió por unos cincuenta minutos. Invitó a que comenzaran a comer y se disculpó por no acompañarlos. “Voy a aprovechar para obviar el primer plato y adelgazar de paso”, dijo para romper el hielo. Esta vez hubo risas cómplices y no se especuló con dobles sentidos.

No improvisó. Preparó su discurso hasta horas antes de la reunión en colaboración con la ministra de Industria, Débora Giorgi, a quien se le reconoce buena llegada al sector empresario. La ministra fue también la encargada de confeccionar la filminas que presentó la Presidenta. “Hoy aquí están las grandes empresas formadoras de precios, están también las pequeñas y medianas, y estamos los hombres y mujeres que tenemos responsabilidad de administrar no solamente recursos, sino también la economía, las finanzas y la situación del país, para seguir permitiendo un buen crecimiento”, dijo.

Con la ayuda de gráficos reveló los números de varios rubros que lograron pasar con éxito la crisis internacional. El golpe de efecto fue al dar a conocer lo que facturó el sector privado por todo tipo de actividad el año pasado. “Estamos en el orden de un billón setecientos noventa mil cincuenta y cinco millones (1.790.055.000.000) de pesos para el año 2009”, leyó pausadamente. “Si yo les digo algo ustedes se van a sorprender mucho: esta facturación, que es dato duro en la Afip, es superior en 98 millones de pesos a la facturación también de 2008”, agregó la mandataria. Los empresarios no se mostraban del todo sorprendidos, dado que en sus propias firmas vieron reflejada esa mejora. De hecho, los directivos presentes se mostraron confiados en que la economía se encuentra sólida de cara a los próximos dos o tres años, aunque reconocen que el enfrentamiento entre el oficialismo y la oposición los “incomoda”.

La actividad estuvo sostenida por el consumo interno, ya que las exportaciones evidenciaron un pronunciado recorte respecto del año anterior. Fue por eso que reiteró que el consumo continuará siendo el eje de su administración. También destacó la inversión que viene realizando el Gobierno en materia de obras de infraestructura y la fuerte creación de empleos durante los últimos años. Luego destacó, tal como anticipó este diario, las enormes ganancias que logró la banca comercial, mientras tanto las entidades no vuelcan ese flujo de ingresos en préstamos al sector privado.

También trajo a colación el Fondo del Bicentenario. “No fue producto de una tarde de calor en la que (el ministro de Economía, Amado) Boudou, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y yo estábamos acalorados y se nos ocurrió esta idea”, ironizó la mandataria. Aclaró que la iniciativa “tiene que ver con funciones que tienen que cumplir las reservas, como lograr estabilidad monetaria”. Poco antes se había informado que la Justicia falló en contra del uso de las reservas para la creación de este Fondo (ver aparte). Este hecho no acaparó la atención de los presentes. “Lo único cierto es que los empresarios cada vez que se nombra el Fondo del Bicentenario aplauden enfervorizados”, aseguró una alta fuente de Economía.

La Presidenta concluyó su discurso y abrió una instancia de preguntas. A diferencia de lo que podría esperarse, los empresarios no hicieron consultas incisivas. En muchos casos, incluso, costaba discernir el cuestionamiento en medio del extenso preámbulo de agradecimientos con el que iniciaban la pregunta. En total fueron cinco intervenciones de empresarios que se anotaron para ello.

El titular de la Unión Industrial, Héctor Méndez, acusó a la salida del almuerzo que no le permitieron preguntar, mientras que varios de los asistentes coincidieron en que “jamás” le vieron “levantar la mano”. Por su parte, el ex presidente de la UIA Juan Carlos Lascurain consultó sobre la inflación y transmitió la “preocupación” de cierto sector empresario sobre un “aumento desmedido” de los salarios. La Presidenta respondió breve y eficazmente: “Si los precios son razonables, habrá aumentos salariales razonables”.

Cada una de las mesas estuvo integrada por un grupo de empresarios, dos o tres gobernadores y un miembro del gabinete. En la cabecera acompañaron a Cristina el gobernador bonaerense, Daniel Scioli; el de Córdoba, Juan Carlos Schiaretti; el titular de la Cámara de la Construcción, Carlos Wagner; de Adeba, Jorge Brito, y por Techint, Luis Betnaza. En el resto la disposición se repetía. Por su parte, los empresarios del sector automotor no se fueron con las manos vacías, ya que escucharon de la propia Giorgi en charla informal que, en breve, se lanzará una línea de crédito con dinero de la Anses para terminales automotrices y autopartistas. Por su parte, fuentes cercanas al ministro de Trabajo, Carlos Tomada, rechazaron que haya habido contactos con Méndez durante el encuentro por el tema de la ley de riesgos del trabajo, tal como afirmó el empresario plástico tras salir de la quinta de Olivos.

Los presentes acordaron un nuevo encuentro para seguir trabajando con la banca pública y privada en un mayor acceso al financiamiento. “Esto explica la presencia de la titular del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, en el almuerzo”, señaló un colaborador suyo en respuesta a algunas publicaciones que señalaron que su antecesor, Martín Redrado, nunca fue invitado a este tipo de eventos. En total participaron ochenta representantes de firmas locales, catorce gobernadores y casi todo el gabinete. Un ausencia notoria fue la del titular del FIAT Auto, Cristiano Rattazzi, quien –según fuentes gubernamentales– habría sido “desinvitado” a partir de las críticas que realizó sobre el país con motivo de su visita a Uruguay en misión comercial. Sí estuvieron presentes Luis Pagani, de Arcor; Eduardo Elsztain, de Irsa; Sebastián Eskenazi, por la petrolera YPF; Eduardo Eurnekian, de Aeropuertos Argentina 2000, y Eduardo Escasany, del Grupo Galicia.

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