El gobierno nacional no quiere ni oír hablar de inflación. No por negar la realidad, sino para no generar expectativas que alimenten la remarcación de precios. Así, aproximadamente, lo explicó ayer Florencio Randazzo, ministro del Interior, que en los últimos días pasó a ser uno de los voceros en materia económica del Ejecutivo. “La inflación es un proceso generalizado de aumento de precios y hay que tener mucho cuidado porque también se maneja por expectativas. Y si nosotros generamos expectativas por encima de la realidad, también empiezan los pícaros que aumentan sin ningún sentido”, alertó. Fue una respuesta implícita a tantos que denuncian la existencia de un proceso inflacionario que el Gobierno se resiste a admitir. Entre esos tantos, ayer se anotó Julio Cobos, curiosamente vicepresidente de este mismo gobierno.

Cobos, en una reflexión callejera y al paso, señaló ayer por la mañana que “la inflación no se puede negar; uno de los problemas que tiene la gente es la caída del poder adquisitivo. Para combatir la inflación lo mejor es reconocerla”, sentenció. No fue una reflexión muy profunda ni reveladora, pero lo suficientemente precisa como para provocar molestias en las filas del Gobierno.

Sin embargo, esta vez el vice no logró respuestas directas, crispadas ni insultantes hacia su persona. En el entorno más próximo a Cristina Fernández parecen haber entendido que la figura de Cobos crece cuando se lo ataca y se diluye cuando no se lo nombra. Esto, llevado a la política, quedó expresado ayer en las declaraciones medidas y didácticas tanto de Randazzo como del ministro de Economía, Amado Boudou.

En respuesta a las múltiples voces opositoras que se elevan responsabilizando al Gobierno de la suba de los precios, Boudou sostuvo ayer que “los precios no los aumentan ni el Indec ni el Gobierno, sino empresarios y comerciantes. Cuando hay un aumento de precios, tiene que ver con algún agente económico que toma la decisión de subirlos”, explicó en términos simples. De inmediato, el ministro, en una entrevista presentada en Radio La Red, se refirió a las acciones que está adoptando el Gobierno en la materia. “Vamos a continuar con el seguimiento de precios y juntándonos con todos los sectores para esto”, prometió.

En términos más políticos, en la misma línea del debate sobre “distintos modelos” que planteó en su intervención en el Congreso esta misma semana, cuando se enfrentó al senador Gerardo Morales, Boudou disparó: “Detrás del debate por el aumento de precios, hay quienes están tratando de esconder otro sobre el enfriamiento de la economía, como ya trataron de hacerlo en 2006”.

Randazzo también hizo referencia al accionar del Gobierno respecto de la inflación, separando responsabilidades entre sector público y privado. “Hay incrementos de algunos precios, pero aquellas razones por las cuales se acusaba a un gobierno de generar un proceso de inflación, no son precisamente las que se dan ahora”, aseguró. Subrayó que hay “una emisión responsable de dinero y un tipo de cambio competitivo y previsible, a través de un nivel de reservas como nunca antes se tuvo”. Y llamó finalmente al empresariado a “invertir más para que haya mayor oferta de bienes y los precios se reacomoden”.

La senadora mendocina Laura Montero, ex ministra y fiel acompañante de Julio Cobos desde su etapa como gobernador, salió ayer en apoyo del vicepresidente. Se quejó de la falta de confiabilidad de los índices, y responsabilizó al Gobierno porque “el no reconomiento del aumento de precios hace que todo se negocie subjetivamente, nadie puede hacer un cálculo objetivo para estimar costos”. Eso, sostuvo la legisladora, estaría afectando la inversión. Para lo que no usó tiempos potenciales de verbo fue para definir su postura con respecto a temas fundamentales de la economía y la política en los últimos tiempos: acusó a la administración que encabeza Cristina Fernández de haber provocado, “desde la crisis del campo y la estatización de las AFJP, inestabilidad, desconfianza y fuga de capitales”.