Mar 10.08.2010

ECONOMíA  › EL PRESIDENTE DEL BICE DESTACó EL AUMENTO DEL CRéDITO A LARGO PLAZO

“La inversión es muy fuerte”

En entrevista con Página/12, Mauro Alem reveló que el Banco de Inversión y Comercio Exterior saldrá a buscar 500 millones de pesos al mercado para responder a una demanda creciente de financiamiento empresario. La UIA y AEA habían dicho que falta seguridad jurídica.

› Por David Cufré

La Unión Industrial Argentina (UIA) y la Asociación de Empresarios Argentinos (AEA) aludieron la semana pasada a una supuesta falta de seguridad jurídica para la inversión. Reclamaron reglas de juego estables y el pleno respeto por la actividad privada. El encuentro fue encabezado por Héctor Méndez y Héctor Magnetto en representación de las entidades. El Gobierno les respondió con dureza. La ministra de Industria, Débora Giorgi, destacó que la inversión llegará este año al 23 por ciento del PIB, uno de los niveles más altos de la década, y desde su cartera mencionaron que varios empresarios que firmaron ese documento, como los ejecutivos de Fiat, Arcor, Bagó, Ledesma y el propio Méndez, tienen en marcha proyectos de inversión millonarios con apoyo del Estado. Más allá de esa polémica, Página/12 entrevistó al presidente del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), Mauro Alem, quien reveló que la entidad saldrá hacia fin de año a captar fondos en el mercado por 500 millones de pesos para ampliar su capacidad prestable, debido a que la demanda de crédito a largo plazo por parte de las empresas viene creciendo con fuerza.

“Hay mucho movimiento en materia de inversiones. Nosotros recibimos muchísimas solicitudes, no solamente de proyectos nuevos, sino de empresas que han invertido en los últimos años y quieren volver a ampliar su capacidad de producción. Hay empresas a las que estamos otorgando el tercer o cuarto crédito desde 2003. Caminando las provincias, caminando los sectores, la verdad es que vemos un gran dinamismo y mucho entusiasmo por invertir”, describió el funcionario en la charla con este diario. Ese clima de negocios se refleja en los números del banco. Este año colocará préstamos por alrededor de 800 millones de pesos, contra 600 millones de 2009. En 2003, el flujo de créditos del BICE fue de apenas 36 millones de pesos.

“Venimos creciendo a un promedio de 25 por ciento por año. Es decir que cada cuatro años duplicamos el tamaño de nuestra cartera”, destacó Alem. Este año la expansión estará por arriba de ese promedio, aunque en parte se explica por el estancamiento de 2009 a raíz de la crisis internacional. El stock de préstamos de la entidad al 30 de junio se ubicaba en 1155,7 millones de pesos, con 1600 empresas asistidas.

–¿La crisis europea postergó proyectos de inversión?

–En 2008 y 2009 se sintió el impacto de la crisis, pero este año estamos recuperando los niveles de 2006 y 2007. Hay una demanda muy fuerte de financiamiento para inversiones. Eso nos llevó a pensar distintas estrategias para hacer crecer el banco y acompañar el proceso del sector privado.

–¿Por ejemplo?

–Son varias acciones coordinadas. Por un lado, tienen que ver con el fondeo. Este año el Ministerio de Economía autorizó por primera vez la capitalización de las utilidades del banco de los últimos dos años. Fue una decisión del ministro Boudou para fortalecer la entidad. En lugar de transferir ese dinero al Tesoro, se amplió la capacidad prestable en 150 millones de pesos. Otra decisión importante fue permitir que el BICE capte depósitos del sector privado. Es un cambio trascendente, como el que se produjo en 2003, cuando se eliminó la restricción para operar como banco de primer piso. En la actualidad, el 80 por ciento de los créditos se pactan con las empresas de manera directa, mientras que el 20 por ciento restante accede a través de la banca minorista.

–¿El BICE tomará depósitos del público?

–No, la autorización del Banco Central es para captar plazos fijos institucionales. Son depósitos mayoristas de entidades como bancos, compañías de seguros, fondos comunes de inversión o cajas previsionales. El plazo mínimo son 180 días, por 2 millones de pesos, o 365 días, por un millón. El BICE necesita ese fondeo porque además de dar créditos a la inversión, en muchos casos acompañamos a las empresas con financiamiento para capital de trabajo. Para el fondeo a largo plazo estamos tomando líneas especiales a diez años del Banco de Desarrollo de China y de la Corporación Andina de Fomento (CAF). Pero la gran novedad es que hacia fin de año vamos a salir al mercado por primera vez para captar ahorro privado.

–¿Por qué monto?

–El programa es por 500 millones de pesos. Vamos a lanzar distintas series de obligaciones negociables en todo el país. La idea es convencer a los inversores institucionales de distintas regiones para que inviertan en estos títulos, explicándoles que el dinero que tomemos en el NEA, el NOA, Cuyo o cualquier zona, se volcará a préstamos en esas mismas áreas. Queremos movilizar el ahorro interno. Es una política que venimos desarrollando desde 2003. Antes de ese momento, el BICE –que nació en 1992– sólo operaba en Buenos Aires, mientras que ahora tenemos 13 departamentos de análisis de riesgo y recepción de proyectos regionales.

–Pero el BICE todavía está lejos de ser un banco de desarrollo como el que tienen otros países. ¿Ese objetivo se abandonó?

–Cuando asumí, hace un año, la presidenta de la Nación manifestó su decisión de tener un instrumento como el Bndes de nuestros hermanos brasileños. No ponemos paños fríos a esa idea, porque compartimos plenamente la visión de un banco de desarrollo fuerte, público, que promueva la inversión, que fije tasas de referencia, pero la realidad del sistema financiero argentino es bastante compleja. Y en algunos momentos, dar saltos importantes puede generar resultados contrarios a los buscados.

–¿Pero hay una demanda potencial de financiamiento a la inversión que no está atendida?

–Si tuviéramos un banco como el Bndes, estoy seguro de que habría demanda de financiamiento a ese nivel. Es lo que estoy viendo cuando me junto con los sectores. Hay proyectos de inversión por volúmenes muy significativos. Y no sólo en estrategias con el banco. Hay empresas que se siguen autofinanciando, reinvirtiendo utilidades. Ese clima de negocios para mí es formidable. Es un poco como el huevo y la gallina. En la medida en que haya oferta de financiamiento a largo plazo en condiciones razonables, habrá empresas pidiendo ese financiamiento. Pero también tiene que haber un cambio de mentalidad de algunos empresarios, para defender a una entidad como el BICE o el Banco Nación.

–En la banca pública hay muchos ejemplos de empresas que piden créditos y después no los devuelven, aunque pueden hacerlo.

–Hay estrategias judiciales montadas para no pagar. Son expertos y en algunos casos efectivamente ha habido mala fe. Empresas que tomaron créditos y a los quince días se concursaron.

–¿Le pasó al BICE?

–Ha habido casos muy aislados. Por eso digo, es difícil dar un salto hacia una banca de desarrollo como la de Brasil porque se corren riesgos. Creo que lo mejor es ir acompañando el crecimiento del sector privado y un cambio de mentalidad. En Brasil esa mentalidad también se ha forjado luego de veinte años en los que el Bndes ha tenido una presencia fundamental, y hoy a ningún brasileño se le ocurre no pagar una línea financiada por el banco de desarrollo. Para nada estoy diciendo que el empresario argentino no sea serio, pero tenemos que ir generando el compromiso y dar saltos con una realidad que todavía es compleja puede ser contraproducente.

–¿Cuál es el nivel de mora en el BICE?

–Del 0,9 por ciento, contra 2,6 del sector financiero. Y nosotros estamos financiando a un plazo de cinco a diez años. Por eso, el trabajo para valorizar al banco viene dando resultados, pero es un proceso gradual.

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