ECONOMíA › EL BANCO CENTRAL ESTIMO EL CRECIMIENTO ANUAL EN 9,1 POR CIENTO. LA EMISION SE AJUSTARA A LA MAYOR ACTIVIDAD
Enfrentando las críticas de quienes equiparan más emisión con inflación, el Banco Central decidió ajustar las pautas monetarias a un crecimiento económico que se aceleró más de lo estimado. “No haremos política contractiva”, dijo su presidenta.
› Por Tomás Lukin
El Banco Central ajustó las metas del Programa Monetario a la realidad macroeconómica. Las modificaciones dispuestas ayer por el directorio de la entidad se realizaron sobre el rango dentro del que tiene que evolucionar la cantidad de dinero en manos del público, los depósitos en cuenta corriente y cajas de ahorro. La presidenta de la autoridad monetaria, Mercedes Marcó del Pont, explicó que fue necesario efectuar cambios, ya que las estimaciones del PIB utilizadas para la definición de esos objetivos quedaron desactualizadas. En noviembre de 2009 se proyectaba un crecimiento económico de 2,5 por ciento anual, mientras que hoy la entidad espera un incremento en el nivel de actividad de entre 8,9 y 9,5 por ciento. La titular del BCRA negó la existencia de un desborde monetario y argumentó que, si no se actualizaban las pautas y la entidad operaba para asegurar el cumplimiento de las metas anteriores, la política del Central hubiese tenido efectos contractivos sobre la economía.
“Si no ajustábamos el Programa Monetario, estaríamos planteando una política que inhibe el crecimiento económico. Aferrarse a las pautas viejas implicaba que el Banco Central tenía que dejar de comprar dólares, resultando en una caída de la cotización del dólar. Además se hubiese tenido que restringir el crédito al consumo y la producción mediante la imposición de encajes muy altos. Todas estas políticas restrictivas significarían una contracción sobre los niveles de actividad y empleo”, detalló Marcó del Pont.
Las metas anuales para los agregados monetarios pasaron de 19,1 a 29,9 por ciento, 21 mil millones de pesos más para el límite superior. En el directorio del Central explicaron que los desvíos que comenzaron a observarse a mitad del año en la evolución de la demanda de pesos responden a diversos factores: el elevado nivel de crecimiento económico, la expansión del crédito al sector privado, la compra de dólares provenientes de la liquidación record de divisas por parte del sector agroexportador, la disminución de la fuga de capitales y, en menor medida, la transferencia de utilidades del BCRA al Tesoro nacional. “No sólo subió la demanda de dinero, sino que también se evidencia una vuelta al peso después del proceso de dolarización y fuga de capitales de los últimos dos años”, agregó la titular de la autoridad monetaria.
La estimación anterior del 2,5 por ciento de crecimiento del PIB fue sustituida por el 9,1 por ciento, dato aportado por el área de investigaciones económicas del banco. “La política monetaria no genera inflación ni un recalentamiento de la economía. La cantidad de dinero se adapta a la evolución del producto y nosotros incorporamos este hecho”, afirmó la presidenta del BCRA. A comienzos de su mandato, Marcó del Pont había descartado la necesidad de modificar los parámetros del Programa. Ahora, el vicepresidente de la entidad, Miguel Pesce, precisó que “en ese momento, con un crecimiento del PIB del 3 al 4 por ciento, todavía no era necesario cambiar nada. Pero con un alza del 9, la regla anterior se vuelve insostenible”.
A lo largo de la conversación que mantuvo con periodistas, Marcó del Pont reiteró varias veces que la decisión no implica convalidar un incremento de precios. Para la determinación del Programa Monetario se utilizan proyecciones para un amplio conjunto de variables, como las tasas de interés, el tipo de cambio y el índice de precios implícitos, entre otros. “Se utilizó el mismo modelo que el año pasado, mantuvimos las proyecciones de todas las variables, a excepción del PIB, que fue adecuado a la coyuntura. Eso es lo único que modificamos para obtener los nuevos parámetros. No actualizamos la variable precios, no se convalida un mayor nivel de inflación”, sostuvo Marcó del Pont.
Hacia el final del encuentro, la funcionaria expresó –elípticamente– su voluntad de continuar al frente del Banco Central. “Los cambios los hicimos para cumplirlos nosotros. Para todos los directores a los que se les vence el mandato, lo más fácil era maquillarlo, buscar artilugios contables para mostrar que se cumplió la meta en septiembre y que después se arreglen los otros a fin de año”, apuntó Marcó del Pont. Su mandato finaliza, junto con otros cinco miembros del directorio, el 23 de septiembre próximo. En ese escenario, aunque la presidenta del Central rechaza la posibilidad de que la emisión genere inflación, su gestión reafirma el seguimiento de esas políticas ortodoxas, adecuando los objetivos cuantitativos, y evita posibles cuestionamientos desde el sector privado.
Todo el directorio del banco estuvo presente durante la reunión. Ocho de sus miembros votaron a favor de la adecuación de las metas y los dos miembros vinculados con el ex presidente de la entidad, Carlos Pérez y Zenón Biagosch, se abstuvieron. Los funcionarios no fundamentaron su decisión, pero la titular del Central deslizó que detrás de esos votos “subyacen posturas vinculadas con políticas monetarias más restrictivas”. La decisión ya está vigente y el Banco elevará la misma a los presidentes de las Cámaras de Diputados y Senadores, así como al Ministerio de Economía.
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