ECONOMíA
› “ES LA SOCIEDAD O LOS SECTORES PRIVILEGIADOS”
La opción para el que venga
› Por Claudio Zlotnik
“El acuerdo con el Fondo es un paso adelante que favorece la transición política. Pero no debe perderse de vista que la Argentina también carga con una importantísima deuda interna. La gran incógnita es si la próxima administración dará respuestas a la sociedad argentina o si insistirá con favorecer a los sectores económicos privilegiados.” Benjamín Hopenhayn es uno de los economistas impulsores del Plan Fénix, experto en el tema de la deuda y profesor de Finanzas Internacionales en la UBA. Desde esa visión describió, en diálogo con Página/12, el escenario que encontrará el ganador de las próximas elecciones.
–¿Qué cambia en la Argentina a partir del acuerdo con el Fondo?
–Es un paso adelante que ayuda a la transición. Establece una base sobre la cual el próximo gobierno se podrá apoyar para renegociar la deuda con los acreedores privados extranjeros, que suma alrededor de 40.000 millones de dólares. No podemos negar que el próximo presidente de la Nación estará más fortalecido para llevar adelante esa misión que si se hubiese roto la relación con Washington. Esto no significa que la renegociación con los acreedores será fácil. Todo lo contrario. Creo que será muy larga y tediosa. Pero es innegable que Duhalde le deja una cuota de oxígeno a quien lo suceda. Habría que conocer la Carta de Intención firmada ayer, que no se divulgó. Es clave para conocer las condicionalidades. Pero no caben dudas que el ganador de las elecciones tendrá que buscar una solución de largo plazo para el tema de la deuda.
–¿Cuáles son los objetivos que deberían lograrse en la renegociación para hacer viable la economía?
–La quita sobre el capital debería rondar el 70 por ciento. Es la reducción que incluso estiman los economistas estadounidenses de la derecha. Pero no va a ser nada fácil lograr la meta.
–¿Y la reducción de la tasa de interés?
–La tasa promedio debería quedar en torno de 4 a 5 por ciento anual, que supera por algunos puntos el costo del dinero de los países desarrollados. Pero lo importante es que la reestructuración de la deuda esté sujeta a un programa de desarrollo.
–¿Es posible pagar la deuda y crecer?
–Los países más poderosos, el Grupo de los Siete, tendrán que aceptar que el esfuerzo lo harán quienes estén aptos para hacerlo. Deben entender que esa es la única forma para cobrar. El programa de desarrollo debe incluir, por ejemplo, un replanteo profundo de la estructura impositiva. El próximo gobierno debe apuntar sobre el nivel de retenciones, el impuesto a la riqueza y a la aplicación de un gravamen sobre la renta financiera. Es la manera de redistribuir la riqueza a partir de los más favorecidos.
–¿Por qué plantea una negociación con el G-7 y no con el FMI, que es lo clásico?
–Porque el Fondo es un instrumento técnico que sólo persigue la ortodoxia económica y representa exclusivamente los intereses de los banqueros. La Argentina tiene que privilegiar las negociaciones con los gobiernos, con los demás Estados para ver de qué manera se inserta en el mundo.
–¿Y por qué a los países ricos les interesaría que a la Argentina le vaya bien, cuando ellos avalaron y aplaudieron este modelo neoliberal?
–El mundo actual no es el mismo que el de los años ‘90. Los países desarrollados no quieren a una América latina desbarrancada, porque eso abre procesos políticos a los cuales temen. Allí están los casos de Chávez en Venezuela, de Lula en Brasil o Lucio Gutiérrez en Ecuador o la guerrilla en Colombia. Quisieran tener las cosas más controladas y evitar un descarrilamiento argentino. No es el mismo escenario que durante la década en la que se aplicaron los dogmas neoliberales. Pero la clave de lo que se viene refiere también a la cuestión local. Es verdad que la Argentina les debe a los organismos pero también le pesa una gran deuda interna. Y esa es la gran incógnita: saber si la próxima administración dará respuestas a la sociedad argentina o si insistirá con favorecer a los sectores económicos privilegiados, los más concentrados de la economía.