Las cuentas del Tesoro tuvieron en diciembre un déficit de 16,9 millones de pesos, prácticamente irrelevante frente al desequilibrio que habían tenido durante el mismo mes del 2001, cuando el rojo superó los 877 millones de pesos. Mientras que la licuación de gastos por efecto de la devaluación fue el gran equilibrador de las cuentas públicas, la causa principal del déficit fue el peso de las erogaciones de las jubilaciones provinciales. Si se excluye ese ítem, el resultado hubiera sido un superávit de 61,9 millones de pesos.
La mejora de la situación fiscal se explica por el incremento de la recaudación gracias a la inflación. En ese sentido, los ingresos corrientes tuvieron una mejora del 135,3 por ciento, ya que pasaron de 965 millones a 2270,6 millones de pesos. Los gastos corrientes, por su parte, aumentaron un 19,6 por ciento, al pasar de 1816,3 millones a 2171,9 millones de pesos. Los ingresos de capital cayeron un 86,2 por ciento, ya que el mes pasado sólo rindieron 6,5 millones.