Mié 03.11.2010

ECONOMíA  › BOUDOU RATIFICó QUE EL GOBIERNO NO ACEPTA LA INTERVENCIóN DEL FONDO

Con el FMI ni a la esquina

El ministro de Economía señaló que el Gobierno tiene entre sus planes negociar un arreglo con el Club de París, pero volvió a marcar que no permitirá la injerencia del organismo en la economía local. Expectativa por el dictamen del Presupuesto.

“La Argentina tiene vocación de renegociar la deuda con el Club de París, pero nunca lo hará mientras esté metido en el medio el Fondo Monetario Internacional”, manifestó el ministro de Economía, Amado Boudou. De esta forma, descartó la posibilidad de incluir en las tratativas la aceptación de la revisión anual de la economía que prevé el artículo IV del FMI, ni la aplicación de las usuales recetas recesivas que predica el organismo de crédito. Sin embargo, el Club de París plantea como condición frente a cualquier negociación que el país involucrado acepte la misión anual del Fondo. El organismo, por su lado, presiona a la Argentina para que “regularice las relaciones con los acreedores”.

En relación con la discusión parlamentaria por la Ley de Presupuesto 2011 –en la que el oficialismo busca obtener dictamen en la reunión de comisión que se llevará a cabo hoy–, Boudou pidió que la norma se trate “rápido y con mucha racionalidad, porque hemos demostrado, con los últimos siete presupuestos, que han sido adecuados para que el país crezca y salga de la crisis en la que estaba en el 2002”.

Un punto que la oposición cuestiona es la partida que manejará la cartera que encabeza Julio De Vido. En este sentido, Boudou recordó desde otro ángulo que “en 2002 el presupuesto para obras públicas era de 1200 millones de pesos y este año está por arriba de los 60 mil millones”. En la reunión de la Comisión de Presupuesto de hoy en Diputados, el oficialismo conseguiría emitir dictamen al proyecto. Respecto de la inflación, Boudou consideró que “para grandes porciones de la población argentina no es un tema”, aunque “en algún sector, clase media alta, puede tener algún impacto”. De todos modos, el funcionario indicó que el Gobierno “siempre presta atención” a la evolución de los precios.

Por otra parte, Boudou negó las versiones que circularon en los últimos días sobre la posibilidad de su desplazamiento del Gobierno. “Pregúntenle a los periodistas que escribieron esas cosas”, cuestionó tras participar del Primer Congreso Internacional de Control Gubernamental, organizado por la Sindicatura General de la Nación (Sigen).

La deuda del Estado argentino con el Club de París es el último resabio del default derivado del estallido de la convertibilidad, un régimen que requería de la entrada de capitales (privatizaciones y luego endeudamiento) para sostener la paridad cambiaria. El resto de la deuda pública, cuyo nivel respecto al PIB es de 48,6, uno de los más bajos de la región, se fue reestructurando con los dos canjes (2005 y 2010) lanzados por el Gobierno. “Estas son deudas contraídas con anterioridad y que entraron en cesación de pago por el desastre y el desmanejo de la Alianza y porque (el ex presidente, Adolfo) Rodríguez Saá instaló el default en la Argentina”, consideró Boudou.

La regularización de la deuda externa, según el Gobierno, permitirá reducir el costo del endeudamiento tanto para el sector público como el privado. En el primer caso, se ampliaría la capacidad fiscal, aunque la vinculación con los mercados internacionales trae aparejado fuertes desequilibrios macroeconómicos, un aspecto que resaltó en la última crisis internacional. La deuda con el Club de París, que es un grupo no formal de países industrializados acreedores, ronda los 6000 millones de dólares. “Es uno de los temas que queremos solucionar, pero nunca lo vamos a hacer con el Fondo Monetario en el medio ni en términos que no sean los adecuados para la República Argentina”, aseguró Boudou.

La intención oficial es evitar someter a la economía a la revisión anual que prevé el artículo IV del FMI. Esa auditoría termina resultando en un paquete de recetas ortodoxas que el establishment local, apuntalado por los medios de comunicación más concentrados, utiliza para presionar por políticas más “amigables” hacia los mercados. Sin embargo, para el Club de París la revisión del artículo IV del FMI es una condición para renegociar la deuda. Por su parte, en su último informe sobre la región, el Fondo presionó a la Argentina para que “fortalezca el clima de negocios” y “avance en los esfuerzos para regularizar las relaciones con los acreedores”, en clara referencia al Club de París, una jugada que ayer Boudou salió a responder.

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