ECONOMíA › COINCIDENCIA EN CALIFICAR COMO INCONSISTENTE LA PREVISIóN DEL FMI SOBRE EL DESEMPLEO EN EL PAíS
Economistas de centros de investigación y de la city y el Ministerio de Trabajo evaluaron de escasa rigurosidad técnica la estimación del Fondo sobre un crecimiento del 6 por ciento del PIB junto a un alza del 9 por ciento del desempleo para Argentina.
› Por Tomás Lukin
El FMI estimó que Argentina crecerá seis por ciento durante 2011. Este organismo subestimó sistemáticamente el recorrido futuro que podía tener el Producto a lo largo de la última década y realizó reiteradas advertencias sobre la escasa sustentabilidad del proceso económico. Este año la proyección estuvo en sintonía con las cifras que manejan en el Gobierno y supera a las elaboradas por economistas del establishment. Sin embargo, a pesar de prever que el país tendrá el segundo nivel de crecimiento más elevado de América latina, el Fondo calculó que será el único de la región donde aumentará el desempleo. De acuerdo con los técnicos del FMI que elaboran el Panorama Económico Mundial, el desempleo promedio trepará del 7,7 registrado el año pasado hasta el 9,0 por ciento. En el Ministerio de Trabajo, distintos centros de investigación y hasta economistas de la city señalaron a Página/12 que ese dato es de una profunda inconsistencia técnica, además de improbable, y hasta especularon con que se trató de un error durante la redacción del informe, por lo disparatado.
Un proceso de crecimiento que redunde en mayor desempleo no es impensable técnicamente ni ajeno a la historia nacional. Durante los primeros años de la convertibilidad, en 1993 y 1994, el PIB crecía impulsado por el ingreso de capitales, el endeudamiento y la valorización financiera, mientras que el desempleo trepaba por arriba de los dos dígitos. La apertura comercial irrestricta y la apreciación cambiaria impulsaron la destrucción del empleo industrial, el proceso privatizador y los ajustes del gasto también implicaron la reducción del mercado de trabajo.
“Mientras crezca la producción de bienes no puede aumentar el desempleo. Dentro del patrón de crecimiento actual, la proyección del FMI no tiene ningún respaldo empírico ni teórico”, cuestionó el especialista de la UBA Daniel Kostzer. Desde 2003, Argentina registró una sostenida recuperación en los indicadores laborales, pero las mejoras cuantitativas y cualitativas del empleo se desaceleraron en los últimos años. En el Ministerio de Trabajo no ignoran ese comportamiento, pero advierten que “las proyecciones del Fondo resultan paradójicas, puesto que en el cuarto trimestre de 2010 se superó la cantidad de puestos de trabajo registrados previos a la crisis”. Además, anticiparon a Página/12 que en febrero se alcanzó la tasa de crecimiento mensual de empleo formal más elevada de los últimos 33 meses. Por eso, para alcanzar un promedio del 9 por ciento de desempleo en el año como espera el Fondo, el deterioro de la estructura ocupacional a lo largo de los próximos meses debería ser muy pronunciado.
Durante la recesión de 2009, el Gobierno desplegó un conjunto de herramientas como el programa de Recuperación Productiva (Repro) para preservar los niveles de empleo. La desocupación llegó a rozar, en el tercer trimestre, el 9,1 por ciento. Pero el promedio anual –el dato que proyecta el FMI– fue de 8,7 por ciento. En ese período operó un mecanismo que se conoce como atesoramiento de empleo, donde las empresas conservaron sus dotaciones gracias a las políticas públicas y las expectativas de que la crisis tendría impacto temporal. Así, explican en Trabajo, la fuerte recuperación económica de 2010 exhibió un menor ritmo de creación de puestos de trabajo: la creciente producción se realizó con mano de obra que ya estaba disponible en las empresas. En la cartera laboral explican que el agotamiento de ese recurso, en un escenario de crecimiento en los niveles de inversión se traducirá en una mayor demanda de mano de obra, arrojando por la borda la estimación del Fondo.
En la versión de octubre, el documento del FMI estimaba un crecimiento del PIB del 4,0 por ciento y un desempleo del 8,6 por ciento. La actualización del documento a partir de la nueva evidencia empírica elevó la proyección del FMI al 6 por ciento y hasta el 9 por ciento, respectivamente. “Es un dato ridículo, no es consistente con la proyección de crecimiento. Tiene que ser un error en la mecanografía, que será corregido. Si mejorás tu estimación del PIB dos puntos porcentuales, el desempleo tiene que retroceder necesariamente, aunque sea levemente”, explicó el consultor Miguel Bein. El investigador del Cedes Mario Damill consideró que un escenario como el que plantea el organismo multilateral es “poco probable”, ya que el efecto de la apreciación del tipo de cambio “no opera inmediatamente, sino con bastante rezago y no tendrá relevancia este año”.
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