ECONOMíA › PRIMERA REUNIóN DEL G-6 TRAS LA DESIGNACIóN DE DE MENDIGUREN
Nada hace prever cambios en el frente empresario. En el marco del Grupo de los 6, el establishment despidió a Héctor Méndez y recibió a Ignacio de Mendiguren, su reemplazante al frente de la UIA. Resistencia compartida a los aumentos de salarios.
› Por Cristian Carrillo
La nueva conducción de la Unión Industrial, con el textil José Ignacio de Mendiguren al frente de la entidad, no traerá aires de recambio en su relación con el denominado Grupo de los Seis (G-6). Un nuevo almuerzo de este grupo de presión, que integran cámaras de comercio, construcción, bancos, entidades agropecuarias y la Bolsa, contó con la presencia de tres representantes por la UIA. Junto a De Mendiguren, estuvo presente el presidente provisorio de la entidad fabril, Miguel Acevedo, y el ex titular, Héctor Méndez. El motivo formal del convite fue despedir a Méndez y recibir a la nueva conducción. Por la mañana, el grupo Industriales había terminado de definir los cargos vacantes en el directorio de la UIA. Durante el almuerzo, los empresarios coincidieron en que el 24 por ciento que pactó el gremio de camioneros debe ser el techo de las futuras negociaciones. También destacaron la estabilidad macroeconómica que se vive a pesar de la cercanía de las elecciones presidenciales, según afirma un comunicado conjunto.
El nucleamiento empresario había contado, fugazmente, con la participación de Confederaciones Rurales Argentinas, cuando se la reconoció consecuentemente con el sello del G-7. Fue en pleno conflicto de las corporaciones agropecuarias contra el Gobierno, que derivó en una confrontación que involucró a todo el bloque empresario y generó malestar en la UIA. CRA y Sociedad Rural rápidamente se distanciaron, argumentando que en el G-7 no defendían los intereses del campo. El nucleamiento quedó reducido y renombrado, entonces, como G-5.
El propio De Mendiguren se había mostrado crítico por el tono que se dio a esos encuentros, lo que derivó en una ruptura con el Gobierno. Pero el mayor cortocircuito lo provocó el acercamiento de las entidades, en particular la UIA, a la Asociación de Empresarios Argentina (AEA), con el CEO de Clarín, Héctor Magnetto, incluido. Esto se dio en el medio de la discusión por Papel Prensa.
Sin embargo, la esperanza de pequeños y medianos empresarios por despegar de la dureza con que las corporaciones agropecuarias criticaban al Ejecutivo se diluyó con la primera declaración de De Mendiguren no bien se conoció su candidatura. El textil exhortó a una unidad entre el campo y la industria durante su visita a la Exposición Rural. En esa oportunidad también sostuvo que la Unión Industrial debía convertirse en la voz de los que no tienen voz. Ayer, a días de asumir, su primera reunión es con el G–6, la representación del establishment.
La reunión de ayer giró en torno de los pedidos salariales de este año. El G-6 definió el porcentaje del 24 por ciento de aumento conseguido por el gremio de Hugo Moyano “como límite máximo” en futuras negociaciones salariales. Incluso, los representantes patronales argumentaron que ese guarismo sería difícil de “solventar” por muchos sectores. En el almuerzo también estuvieron presentes Carlos de la Vega, por la Cámara Argentina de Comercio; Carlos Wagner, por la Construcción; Adelmo Gabbi, de la Bolsa de Comercio; y Jorge Brito y Norberto Peruzzotti, por Adeba. Los directivos ofrecieron un agasajo a Méndez, quien renunció en medio de una lucha interna por las candidaturas para ocupar las sillas en el directorio de la UIA, y le dieron la bienvenida a De Mendiguren.
Según un comunicado difundido al término del encuentro, los empresarios manifestaron coincidencias en su percepción acerca de la situación económica del país. “Se destacó como un hecho muy alentador que la situación de la economía no se está viendo afectada por la proximidad de las elecciones.” La UIA presentó en paralelo el informe de actualidad industrial, que dio una mejora de la actividad en febrero de 7,5 por ciento respecto de igual mes de 2010. “Es de esperar que esto se mantenga a lo largo de este proceso”, agrega el documento del G-6.
Los directivos insistieron además en que se discutan las “modificaciones normativas en materia laboral” de manera consensuada entre los trabajadores y los empresarios. Un reflejo del temor del empresariado porque se apruebe el reparto de ganancias con sus empleados, una iniciativa que impulsa el abogado de la CGT y diputado (FpV) Héctor Recalde.
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