Mié 18.05.2011

ECONOMíA  › HABRá REUNIóN ENTRE SECRETARIOS DE INDUSTRIA PARA BUSCAR ZANJAR EL CONFLICTO COMERCIAL

Argentina y Brasil optaron por el diálogo

De la presión y el tono agresivo del cruce de cartas de la semana pasada se pasó a la agenda de diálogo para resolver el conflicto comercial entre ambos países, con denuncias cruzadas sobre los frenos que cada uno impone a las importaciones.

› Por Javier Lewkowicz

El secretario de Industria, Eduardo Bianchi, se reunirá lunes y martes en Buenos Aires con su par brasileño, Alessandro Teixeira, para intentar acercar posiciones entre ambos gobiernos respecto de los inconvenientes en el comercio bilateral y preparar la cumbre entre la ministra de Industria, Débora Giorgi, y Fernando Pimentel, ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior de Brasil. Giorgi mantuvo ayer un encuentro con el embajador del país vecino en Buenos Aires, Enio Cordeiro, ante quien justificó las medidas de administración de comercio a partir de la necesidad de superar las asimetrías entre las dos economías. Más allá del canal de negociación que parece haberse abierto, fuentes de ambas administraciones describen que los gobiernos están a la espera de “gestos” de la contraparte antes de sentarse a negociar el lunes. Argentina quiere que se libere la traba al ingreso de vehículos, mientras que Brasil está solicitando algo similar con productos como baterías y neumáticos.

El freno al ingreso de casi tres mil vehículos en el paso de Uruguayana y en algunos puertos ya lleva una semana y, según las automotrices instaladas en el país, todavía se mantiene, a pesar de la presión de las terminales a ambos lados de la frontera y del gobierno argentino. Giorgi esperaba sentarse ayer junto a Cordeiro con esa restricción relajada, según lo que había conversado el día anterior con Pimentel, pero los brasileños impusieron ahora sus condiciones para avanzar. “Es un juego de especulación, los dos gobiernos están en un tire y afloje constante”, describen fuentes cercanas a la negociación, que está llevando Bianchi.

El encuentro entre Giorgi y Cordeiro duró dos horas y fue en el despacho de la ministra. La funcionaria argentina le presentó algunos datos para justificar su posición de “impulsar la complementación y superar las asimetrías”, describieron sus asesores. El déficit de Argentina con Brasil en manufacturas industriales fue de 6300 millones de dólares en 2010, y sólo en los primeros cuatro meses del año acumula 2290 millones. En cambio, Brasil mantiene en este segmento un déficit con el mundo de 22 mil millones en 2011. Las exportaciones hacia Argentina crecen al doble de lo que lo hacen al resto del mundo, apuntan en Industria.

La balanza comercial del sector automotor brasileño se deterioró mucho en el último tiempo, aunque Giorgi señaló que mientras las importaciones de autos terminados por parte de ese país acumularon 1900 millones en 2010 –un avance de 140 por ciento–, los vehículos provenientes de Argentina lo hicieron en un 37 por ciento, “lo que demuestra que el importante aumento de importaciones de autos terminados por parte de Brasil se explica por otros orígenes y no por los autos argentinos”, dijo Giorgi. El déficit global (terminales y autopartistas) de Argentina con Brasil fue en 2010 de mil millones de dólares. Presentados los datos, Giorgi reiteró su pedido para que se liberen los autos en la frontera.

Una interpretación que está ganando adeptos en el Gobierno es que la jugada de Brasil es una respuesta directa a la política de “1 a 1” que llevan adelante Giorgi y el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, con las automotrices locales. En su segunda carta a Giorgi, Pimentel le cuestiona que Argentina “interceda en la política de inversiones de las terminales”. Hay dos ejemplos concretos. La fabricante de maquinaria agrícola Case New Holland, que está controlada por Fiat, anunció una inversión por 100 millones de dólares que estaba inicialmente pensada para desembarcar en Brasil. A su vez, General Motors adelantó que invertiría para reemplazar la importación desde Brasil de motores para el modelo Agile.

En la reunión de ayer, Cordeiro fue más elíptico, describió los problemas al ingreso de mercancías brasileñas y deslizó que ellos también esperan un “gesto” desde la Argentina en productos como baterías para autos y neumáticos, donde se podrían liberar licencias no automáticas o entregar certificados que aprueben la circulación interna. En Industria estarían dispuestos a hacer esa concesión, pero sólo si Brasil hace lo suyo con los autos. “Los reclamos de Brasil se conocerán en detalle en la reunión de los secretarios”, aclaran desde la cartera que dirige Giorgi. Ese convite se desarrollará lunes y martes próximos en Buenos Aires.

“Estábamos acostumbrados a cómo negociaba Lula. Ahora Dilma está diciendo que va a dirimir los conflictos de otra forma”, interpretó un empresario muy vinculado con el comercio bilateral. Por su parte, Federico Trujillo, secretario de la Cámara de Comercio Argentino-Brasileña, describió a este diario que “los conflictos antes no llegaban al 5 por ciento del comercio bilateral. Ahora Brasil está afectando el 50 por ciento de las ventas de Argentina”.

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