ECONOMíA › BRASIL BUSCó BAJARLE EL TONO A LA DISPUTA COMERCIAL CON ARGENTINA
El ministro de Industria de Brasil, Fernando Pimentel, sostuvo que el encuentro de comienzos de semana fue positivo, aunque no se haya llegado a un acuerdo. Ambas partes volverán a conversar la semana próxima.
“La reunión fue buena desde el punto de vista técnico, pero no se estableció ningún cambio sobre la situación que tenemos hoy. Sin embargo, hay que aclarar que no estamos ante una crisis en la relación entre ambos países.” Así se manifestó ayer el ministro de Industria de Brasil, Fernando Pimentel, tras el cierre de la primera ronda de reuniones que mantuvieron funcionarios de su cartera durante el lunes y martes de esta semana en Buenos Aires. El problema de fondo radica en que Argentina quiere discutir el proceso industrial de ambos países para intentar equilibrar la balanza comercial con el país vecino, mientras que Brasil sólo pretende que se levanten las licencias no automáticas, sobre todo para las maquinarias agrícolas. A pesar de las rispideces, el diálogo sigue abierto. El secretario de Industria local, Eduardo Bianchi, quedó en que hablará con su par brasileño, Alessandro Teixeira, la semana que viene, como paso previo a un nuevo encuentro, probablemente en Brasil. El déficit de Argentina con el país vecino en manufacturas industriales, según datos de la cartera de Industria, fue de 6300 millones de dólares en 2010.
El puntapié inicial de este conflicto fue el pasado 5 de mayo, cuando sin aviso previo Brasil decidió suspender el ingreso automático de los vehículos argentinos. Desde entonces se le aplican licencias no automáticas. Las exportaciones de vehículos representan el 25 por ciento del total exportado al país vecino.
La industria automotriz es el único sector que tiene superávit comercial con Brasil, aproximadamente 413 millones de dólares, pero si se analiza toda la cadena automotriz-autopartista, el déficit sería cercano a los 1900 millones de dólares. Por eso los recelos argentinos para cuidar esta industria. En orden de mejorar el total de la balanza comercial, el Gobierno lanzó un conjunto de “reglas particulares” para que las empresas equilibren su ecuación comercial “1 a 1”.
Con esta iniciativa, por ejemplo, la empresa de maquinaria agrícola Case New Holland había anunciado una inversión para la Argentina de 100 millones de dólares que inicialmente estaba pensada para desembarcar en Brasil. La discusión de fondo con el principal socio comercial del país es de qué manera puede alcanzarse una mayor armonización en el intercambio.
“La realidad es que Brasil utiliza el sector de vehículos argentinos para desoír los naturales reclamos de una industrialización equilibrada y no brinda respuestas de acceso con la inmediatez que sí exigen”, señalaron ayer fuentes de la cartera que conduce Débora Giorgi. “No fue una discusión sobre comercio, sino sobre el desarrollo industrial”, manifestaron anteayer los funcionarios brasileños.
El interés del país vecino pasa por discutir el régimen de licencias no automáticas. Los funcionarios brasileños reclaman que los instrumentos que se aplican en el país superan los 60 días permitidos por la Organización Mundial del Comercio (OMC). Puntualmente elevaron críticas por algunas trabas al ingreso de vinos, aceite de oliva y otros productos fabricados en el país por 7000 millones de dólares. Además, el gobierno de Dilma Rousseff pretende una mayor exportación de maquinaria agrícola.
“Argentina busca implementar acuerdos que tiendan a equilibrar el saldo negativo de 450 millones de dólares que existe en el comercio bilateral de tractores y maquinarias”, indicaron desde la cartera que dirige Giorgi. Otro dato que aportaron desde Industria es que, dentro de tres años, el déficit en el rubro de maquinaria agrícola podría llegar a los 1000 millones de dólares.
A pesar de que las negociaciones de esta semana fueron ríspidas, ambos países consideran que se llegará a un acuerdo. “El comercio entre ambos socios está creciendo de forma sustancial. La reunión no fue un fracaso, seguimos dialogando”, afirmó el secretario de Industria brasileño, Texeira. La semana próxima Bianchi y Texeira continuarán negociando telefónicamente, hasta que se realice una nueva reunión presencial.
El déficit con el país vecino en el rubro manufacturas de origen industrial alcanzó los 2290 millones de dólares en los primeros cuatro meses del año. Para mejorar la balanza comercial, el Gobierno acordó con cinco terminales e importadoras distintos programas de equilibrio comercial, que se traducirán en un aporte de 2200 millones de dólares.
Frente a esta estrategia, Brasil aplicó las licencias no automáticas para Argentina, un instrumento que también es utilizado por el país, sobre todo para evitar el aluvión de productos de China. En las negociaciones de esta semana, Brasil propuso llevar las licencias no automáticas a un plazo de diez días, respuesta que no conformó a los empresarios locales. Cualquier perjuicio para la industria automotriz local también tendrá repercusiones en Brasil, ya que el 33 por ciento de las autopartes que llegan son compradas al país vecino.
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