El año empezó con fuertes signos de retracción en el consumo, a juzgar por las estadísticas oficiales recogidas sobre las ventas en supermercados. En el mes de enero se verificó un descenso del 2,3 por ciento en términos desestacionalizados respecto de diciembre y del 23,8 por ciento por monto bruto facturado (a precios corrientes), lo que indica que se quebró la expectativa que habían despertado los indicadores favorables del último mes de 2002.
El sector arrastra una caída que ya lleva más de dos años, ya que desde febrero del 2001 las variaciones interanuales (de cada mes con respecto al mismo mes del año anterior) resultan ininterrumpidamente negativas. En la evolución acumulada desde 1997 (año en el que el Indec inicia la serie de Encuesta de Supermercados) se observa que son las grandes cadenas las que sufrieron la mayor retracción, con una pérdida de ventas del 50 por ciento respecto de aquel año contra el 30 por ciento de caída en las compras en las cadenas medianas. El Indec practica el relevamiento sobre 11 grandes cadenas y 62 medianas en todo el país, abarcando a más de 1300 bocas de expendio.
Los 1266 millones de pesos facturados en enero por las 73 cadenas señaladas resultan superiores en un 22,4 por ciento al monto facturado en enero del año pasado. Pero considerando la evolución de los precios (es decir, midiendo la evolución a precios constantes), la variación resulta negativa en un 23,8 por ciento.
Sin resultados espectaculares, las ventas en los shopping centers verifican un resultado opuesto al de los supermercados. La facturación en dichos centros de compras creció, a precios constantes y en términos desestacionalizados, un 0,5 por ciento respecto de diciembre, pero es mucho más favorable medida contra los resultados de enero del año pasado: el aumento alcanza al 17,8 por ciento. Las compras de los turistas se hicieron notar.