ECONOMíA › CRISTINA KIRCHNER CRITICó A LOS PAíSES CENTRALES QUE SE QUEJAN DE LAS CALIFICADORAS
La Presidenta reprochó a la Unión Europea por promover recién ahora el fin de las evaluadoras de riesgo, mientras en el pasado ignoró las quejas de países emergentes. Los bonos de Irlanda bajaron al rango de “basura” y ya se admite un eventual default griego.
“Mientras nos calificaban a nosotros, los emergentes, estaba bien, y ahora que a Portugal le calificaron sus bonos como basura ya no les gusta”, protestó ayer Cristina Fernández de Kirchner en referencia a las ambigüedades en que cae el establishment internacional ante las evaluaciones de las calificadoras de riesgo. La mandataria criticó a los representantes de la Unión Europea que proponen eliminar esas agencias recién ahora, cuando afectan a sus países, mientras que en el pasado ignoraron reclamos por su desempeño como el que expresaba la Argentina.
Ayer la calificadora Moody’s volvió a ser protagonista, al degradar la nota de los bonos de Irlanda al rango de “basura”. Eso provocó otro embate de ventas en los mercados globales. La misma agencia había ubicado la semana pasada en esa categoría a los títulos de deuda de Portugal. Frente a ello, la Comisión Europea alertó que el accionar de las calificadoras está poniendo en riesgo a toda la región. Pero los problemas desbordan a los europeos. La crisis de la deuda amenaza con extenderse a Italia, que está en medio de un ataque especulativo, y Grecia parece encaminarse al default, pese a las negativas de su gobierno.
Las agencias de rating demostraron sobradamente su incapacidad para anticiparse a las crisis. De todos modos, sus recomendaciones siguen siendo atendidas por los mercados. Sólo un grupo reducido de países, entre ellos la Argentina, expuso en varias oportunidades la necesidad de que se aumente la regulación sobre ellas, sin demasiado éxito. En las últimas semanas las agencias de calificación recobraron protagonismo, a partir de la delicada situación financiera que presentan varios países de la Eurozona. Las revisiones en sus notas generaron en simultáneo efectos negativos en los mercados. “Ahora propusieron (desde el Unión Europea) eliminar las agencias de rating de deuda”, reprochó la Presidenta durante la presentación del programa “Cerdos y lácteos para todos” (ver página 13). Esta seguidilla de revisiones, todas a la baja, complica los intentos de salvataje sobre los países con mayores problemas. El último caso fue la rebaja de Moody’s a “bonos basura” sobre la deuda irlandesa. La calificación se conoció ayer, luego de que los ministros reunidos en Bruselas dejaran trascender que pasado mañana habrá un nuevo encuentro de emergencia para tratar la situación de la Eurozona. Los funcionarios, quienes hasta hace unos días hacían grandes esfuerzos para evitar pronunciar la palabra “default”, reconocieron que una suspensión “selectiva” por parte de Grecia es casi inevitable, dentro del segundo plan de rescate que trata de elaborar la Unión Europea. La posibilidad “ya no se excluye”, reconoció el ministro holandés, Jan Kees de Jager, a su llegada al encuentro con sus colegas.
La idea de un default parcial es defendida por Alemania. Según confirmó el ministro de Holanda, principal aliado de Alemania, se eliminó de la ecuación un requisito que hasta ahora era considerado esencial: evitar la declaración de default selectivo de un país miembro de la Zona Euro. El objetivo de lograr una contribución privada sustancial sin declarar una quiebra era “una contradicción” en sí misma, lo que había sido advertido la semana pasada por la agencia de calificación Standard and Poor’s. Según explicó Kees de Jager, durante la reunión de ayer se pudo “romper esa difícil contradicción y determinar que el impago ya no está excluido”. La contribución del sector privado, al que evitan llamar default, contempla intereses más bajos y plazos más largos, junto con un programa de recompra de bonos griegos.
Este plan, promovido por Alemania, Holanda y Finlandia, gana fuerza pese a la oposición del Banco Central Europeo, que insiste en que debe evitarse a toda costa la declaración de quiebra parcial de la deuda griega. El organismo considera que tendrá consecuencias para la economía mundial peores que la caída de Lehman, en Estados Unidos, e incrementará el riesgo de contagio a otros países. En la línea de sucesión se ubica España, a pesar de que la administración de Rodríguez Zapatero asegure que tienen con qué financiarse. En Italia, el primer ministro, Silvio Berlusconi, reconoció que el país vive un “momento no fácil”. Mientras, Portugal anunció una serie de ajustes fiscales que implicará una pérdida de cien mil puestos de trabajo.
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