Vie 22.07.2011

ECONOMíA  › MEGAPRESTAMO A GRECIA POR 109 MIL MILLONES Y CANJE DE DEUDA A TREINTA AÑOS

No es default, pero se parece

La Unión Europea y el FMI replantean el “salvataje” impuesto a Grecia hace apenas un año. Fracasado el primer intento, se aceptó canjear los bonos en manos privadas por otros a menor tasa y mayor plazo. Pero sigue a fondo el plan de ajuste.

› Por Raúl Dellatorre

Grecia recibirá un nuevo préstamo de 109 mil millones de euros, un monto similar al que le fue acordado hace un año, pero al igual que el anterior, sólo podrá aplicarlo al pago de los vencimientos de deuda. A cambio, el gobierno de Atenas deberá seguir adelante con el profundo plan de ajuste y de privatizaciones para reducir su déficit fiscal. En paralelo, los bancos acreedores, a través del Instituto Internacional de Finanzas (IIF), acordaron adherirse a “un plan voluntario” de canje de títulos de deuda con vencimiento hasta fines de 2019 por otros bonos con plazos de hasta 30 años. Este aporte podría llegar a los 50 mil millones de euros, medidos como el monto de deuda que podría refinanciarse. Los nuevos préstamos de rescate para Grecia, acordados por los líderes de la Unión Europea ayer en Bruselas, contemplan una sustancial baja en las tasas de interés, del orden del 3,5 por ciento, y un vencimiento promedio de 15 años. La UE flexibilizará además las condiciones de crédito para los países con problemas para hacer frente a sus compromisos de deuda. Esta última noticia generó expectativas favorables particularmente en España, Portugal e Irlanda, aunque para ellos se advirtió (a través del presidente de Francia, Nicolas Sarkozy) que “lo que vamos a hacer por Grecia no lo haremos por ningún otro país de la Eurozona”. Una frase que muchos analistas tendrán presente en los próximos meses, para poder confrontarla con la realidad.

Fue un acuerdo laborioso, ya que significó una negociación a varias bandas a la vez, por los intereses en juego y la contraposición de propuestas. Ya en las últimas horas, la mesa chica de negociación quedó reducida a tres integrantes: Alemania, Francia y la IIF en representación de los bancos acreedores. Entre los tres debían acordar la propuesta que luego debería ser aprobada por el FMI, que aportará una parte sustancial de los 109 mil millones de euros del “segundo rescate”. No es error ni omisión: el gobierno griego no participaba en ninguna negociación decisiva. Simplemente, estaba condenado a ser una parte pasiva que habría de aceptar lo que se le imponga.

Según un documento previo a la cumbre, elaborado por el IIF, hasta mediados de 2014 Grecia debería hacer frente a vencimientos por 173 mil millones de euros. Lo que le resta por recibir del primer paquete de ayuda de 110 mil millones (acordado por la UE y el FMI en el primer semestre de 2010) asciende a 57 mil millones. A ello le debería sumar unos 28 mil millones de euros que podría obtener por privatizaciones de empresas y otros activos del Estado (siempre según la estimación del IIF). Reunidos esos 85 mil millones, aún le restarían 88 mil millones por obtener.

Aunque el paquete acordado ayer sumaría facilidades por 159 mil millones, no implica un alivio definitivo para Grecia. Las condiciones sociales seguirán deteriorándose por la aplicación de un ajuste que lo único que plantea como objetivo es seguir pagando la deuda y que la situación de Atenas no se contagie al resto de Europa.

El propio presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, un entusiasta impulsor del acuerdo estatal-privado alcanzado ayer, admitió sus dudas sobre la suerte del “rescate”. “No creo que los expertos que hayan analizado el plan de hoy consideren que de-sembocará en un default”, aunque aclaró que “todo se ha preparado para enfrentar cualquier eventualidad”. En un breve contacto con el periodismo recién finalizada la cumbre en Bruselas, Trichet pidió “esperar a ver lo que pasa” y “no prejuzgar si Grecia se declarará en cesación de pagos”.

El paso dado ayer por la UE significa un primer reconocimiento de la inviabilidad del duro ajuste que se le venía aplicando hasta ahora a Grecia como deudor. Los líderes europeos tuvieron que aceptar el canje de bonos, cuando ya el país helénico estaba impedido de pagar sus próximos vencimientos. Pero darle carácter “voluntario” al canje evitó hacer pasar la deuda griega por la calificación de “default”.

El canje voluntario tampoco menciona la palabra “quita”, aunque Trichet se permitió la audacia de hacer alusión a un “default selectivo” al referirse a las condiciones que deberían aceptar los bancos al refinanciar sus acreencias. Los recortes de tasas y ampliación de plazos que se le otorgan a Grecia también serán aplicados a Portugal e Irlanda, pero no en canje de su deuda actual, sino como condiciones de los nuevos créditos.

En previsión del desenlace de la situación en España, Italia, Irlanda y el propio Portugal, la Unión Europea extendió los alcances del Fondo de Rescate, fijado el año pasado en un monto global de 750 mil millones de euros. A partir de ahora, no sólo atenderán préstamos de rescate como los aplicados en Grecia, sino que podrían “anticiparse” en la forma de préstamos preventivos a países de la Zona Euro o para recapitalización de los bancos que pudieran verse afectados por bajas de calificación, por su exposición en títulos de deuda de países en dificultades.

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