ECONOMíA › LA MONEDA BRASILEñA SE APRECIó HASTA SU VALOR MáS ALTO DESDE 1999
El dólar en Brasil bajó hasta 1,53 real. La persistente apreciación de la moneda del principal socio comercial de la Argentina favorece la competitividad cambiaria local. La diferencia en el tipo de cambio bilateral es del 53 por ciento respecto del período 1995-2001.
› Por Tomás Lukin
La cotización del dólar en Brasil alcanzó su valor más bajo desde 1999. El precio de la moneda estadounidense cedió hasta 1,53 real. La sostenida apreciación cambiaria en el país vecino es el resultado de la orientación de su política monetaria. A través de elevadas tasas de interés, el Banco Central brasileño incentiva el ingreso de capitales especulativos que presionan a la baja el valor del dólar y deterioran el comportamiento exportador de la economía. Argentina no está exenta del proceso regional de apreciación del tipo de cambio real. Sin embargo, los esfuerzos de la autoridad monetaria están concentrados en preservar un valor competitivo. Por eso, la magnitud de la caída en el tipo de cambio real es significativamente inferior a la brasileña y el país preserva un abultado margen de competitividad cambiaria frente a los principales socios comerciales. A diferencia del país vecino, Argentina experimenta un proceso de salida de capitales y la raíz de la apreciación reside en los aumentos de precios.
La apreciación del tipo de cambio real es un proceso que experimentan los países de América latina que, según advierte la Cepal, conduce a la reprimarización y desindustrialización de sus estructuras productivas. En Argentina, a diferencia de países como Brasil, Colombia y Chile, la decisión del Gobierno es evitar que ese comportamiento macroeconómico se profundice. Por eso convalida pequeños aumentos en la cotización del dólar que permiten amortiguar parte del impacto que generan los aumentos de precios. Así, el valor del dólar se ubica en 4,17 pesos. A pesar de los lamentos del establishment industrial y agropecuario, que reclama una devaluación, un análisis interno del Banco Central al que accedió Página/12 refleja que el tipo de cambio real deflactado por salarios, una medida más exigente a la hora de evaluar la competitividad, se ubica un 45 por ciento por encima del promedio 1995-2001.
En Argentina, el Central busca preservar un tipo de cambio real competitivo y con poca volatilidad. Sin embargo, a lo largo de los últimos años se ha registrado una tendencia a la apreciación cambiaria. La magnitud de la caída en el valor del dólar es significativamente inferior a la brasileña y su raíz se encuentra en los aumentos de precios que están impulsados, en parte, por el incremento en el valor internacional de las materias primas. Desde la entidad que conduce Mercedes Marcó del Pont afirman que el tipo de cambio bilateral con Brasil es 53 por ciento más alto que el registrado en ese período de 1995-2001.
En el país vecino la apreciación del tipo de cambio real resulta del manejo de su política monetaria: el Banco Central de Brasil establece una de las tasas de interés más altas del mundo, lo que incentiva un fuerte ingreso de capitales especulativos que presionan a la baja el valor del dólar. La tasa de interés es de 12,5 por ciento. Esa política económica subordina los resultados macroeconómicos –empleo, distribución del ingreso, desarrollo industrial– a alcanzar una meta de inflación. Aunque exitosa para contener los aumentos de precios, esa orientación afecta al crecimiento del PIB de Brasil y el comportamiento exportador industrial.
La cuenta corriente del país vecino es deficitaria. El resultado negativo ascendió entre enero y mayo hasta 22 mil millones de dólares, aunque no existen problemas de financiamiento por la fuerte entrada de capitales. Además, una parte del impacto de la apreciación cambiaria sobre la estructura productiva es atenuada por las tasas subsidiadas para la exportación que ofrece el banco de desarrollo y la vigencia de los estímulos fiscales y estaduales.
La competividad no depende exclusivamente del tipo de cambio. Aunque Argentina exhibe un tipo de cambio real más competitivo que Brasil y preserva un superávit en cuenta corriente, el intercambio comercial bilateral con su principal socio es deficitario y no está exento de tensiones. Durante los primeros cinco meses del año, el rojo con Brasil superó los 1500 millones de dólares.
En ese sentido, el estrecho vínculo comercial bilateral entre Argentina y Brasil, la dependencia productiva, la sostenida reducción del resultado favorable de la cuenta corriente y la fuerte presencia de firmas brasileñas en sectores estratégicos obliga a los responsables de la política económica nacional a seguir de cerca la evolución de las variables macroeconómicas del país vecino y diseñar herramientas para revertir el saldo comercial negativo, sustituir importaciones e impulsar las exportaciones industriales.
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