Sáb 22.10.2011

ECONOMíA  › LA BALANZA SUBIó 3,2 POR CIENTO EN SEPTIEMBRE

De la mano de los granos

Se cortó así una racha de cinco meses consecutivos con caídas interanuales. Las exportaciones crecieron un 25 por ciento y las importaciones un 29 por ciento, por debajo de la media.

› Por Javier Lewkowicz

La balanza comercial en septiembre registró un superávit de 1064 millones de dólares, 3,2 por ciento superior al del mismo mes del año pasado, informó ayer el Indec. Las exportaciones crecieron un 25 por ciento, igual al ritmo al que avanzaron en forma acumulada en el año. Las importaciones crecieron un 29 por ciento, por debajo de la media. La mejora en las ventas al exterior se explicó fundamentalmente por las mayores colocaciones y precios más altos de porotos de soja, trigo y maíz, que más que duplicaron su desempeño frente al mismo mes de 2010. Por su lado, las compras al exterior de combustibles y lubricantes continuaron con mucha fuerza, aunque también mostraron dinamismo bienes intermedios y piezas y accesorios para bienes de capital.

El mes pasado se cortó una racha de cinco meses consecutivos con caídas interanuales en la entrada de dólares por la vía comercial. Las exportaciones en septiembre sumaron 7959 millones de dólares, mientras que las importaciones, 6895 millones. En lo que va del año, el superávit de la balanza comercial asciende a 8162 millones de dólares, una caída anual de 20,4 por ciento. Esa baja se explica por el fuerte crecimiento de la economía, según el último dato oficial correspondiente al período enero-agosto, de 9,1 por ciento interanual, problemas puntuales de oferta y apreciación del peso.

La dinámica alcista de la economía se expresa en el incremento en la adquisición de insumos y equipos para la industria. Son mercancías que la Argentina en general no produce y se necesitan para que la producción pueda expandirse y abastecer a la demanda. El rubro de suministros industriales creció 32 por ciento y explicó el 30 por ciento de todas las importaciones. En el mismo sentido, bienes de capital avanzó 19 por ciento y representó el 14,8 por ciento de todas las compras. El crecimiento de la economía, pero sobre todo, una oferta nacional insuficiente, impulsó las compras de combustible. En septiembre ese rubro, que incluye gasoil, gas natural licuado y fuel oil, creció 112 por ciento, de 328 a 696 millones de dólares en el año, es decir que representó algo más de un 10 por ciento de las importaciones totales.

Tanto las máquinas, equipos e insumos, cuanto los combustibles, son poco sensibles a los movimientos en el tipo de cambio, de forma que una depreciación del peso no desestimularía esas importaciones, salvo que sea brusca, deprima salarios y enfríe la economía, una solución ortodoxa y regresiva. La política de sustitución de importaciones, que está vinculada con el tipo de cambio pero no se agota allí, y la generación de energía, como puede ser a partir del petróleo no convencional, sí mejoran el perfil importador, aunque el efecto no se observe a corto plazo.

El aumento en la importación de bienes de consumo fue de 19 por ciento, por las compras de bienes semiduraderos y no duraderos. En este caso el tipo de cambio tiene efectos más claros, ya que la apreciación del peso, junto al crecimiento del consumo interno, estimula el ingreso de estos productos. El Gobierno ensaya, en este segmento, diversos tipos de restricciones, a través de licencias no automáticas, antidumpings y acuerdos sectoriales, para frenar el ingreso de bienes que, en muchos casos, tienen reemplazo en la industria nacional y cuya entrada, por lo tanto, puede tener impacto negativo en el empleo local.

Por el lado de las exportaciones, el rubro que más creció fue productos primarios, con el 72 por ciento, que se explica por un avance de 31 por ciento tanto en cantidades como en precio. En particular, semillas y frutos oleaginosos, que se compone esencialmente de porotos de soja, creció 104 por ciento por mayores ventas a China. También cereales avanzó 103 por ciento, por las colocaciones de trigo y maíz a Brasil y Arabia Saudita, respectivamente. En las manufacturas de origen agropecuario, que crecieron 15 por ciento, se destacaron los productos lácteos.

Las manufacturas de origen industrial avanzaron 17 por ciento. La mayor suba fue para productos químicos, por las ventas de biodiesel a Europa. Los productos mineros también se destacaron. La desaceleración de Brasil se sintió en el sector automotor, cuyas exportaciones crecieron al 8 por ciento, por debajo del rendimiento que venían mostrando. A su vez, cayeron las ventas de petróleo crudo y carburantes.

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