Mar 12.02.2002

ECONOMíA  › LA FLOTACION

En el Fondo no regalan los dólares

El ministro Remes Lenicov inicia en Washington la negociación para conseguir asistencia financiera. En el Gobierno abren el paraguas y dicen que el trámite podría durar “por lo menos dos meses”.

“La Argentina tiene un plan económico sustentable, tanto desde el punto de vista financiero, productivo como social”, exageró ayer por la tarde Eduardo Duhalde durante un diálogo telefónico con el titular del FMI, el alemán Horst Koehler. Anoche, el ministro Jorge Remes Lenicov viajó hacia Estados Unidos, donde hoy almorzará con Koehler y luego se encontrará con el secretario del Tesoro, Paul O’Neill. El FMI “está dispuesto a negociar”, interpretó el vocero Eduardo Amadeo, al comentar el llamado telefónico que realizó el presidente a Washington. Sin embargo, los propios funcionarios de Economía se apresuraron en disipar toda expectativa respecto de que el ministro regrese de su viaje con un megapaquete de dólares en la valija, para engrosar las reservas del Banco Central y asegurar así que la cotización del dólar seguirá tan mansa como ayer en el futuro.
Aunque parezca un chiste, después de tanto camino recorrido, recién hoy Remes empezará a encarar una negociación concreta con las autoridades del el Fondo, el Banco Mundial, el BID, para conseguir un paquete de asistencia financiera que, desde el propio Ministerio de Economía, decían a principios de enero podría superar los 15 mil millones de dólares. Y la posición con que iniciará esa negociación es sumamente débil.
Hasta ahora, ni el FMI ni el Tesoro norteamericano, principal accionista del organismo, dieron una sola señal concreta de que dichos recursos estarán disponibles. Más aún, en una insólita confesión pública, el propio Remes reconoció semanas atrás que hubiera esperado “una respuesta más contundente” de los organismos internacionales en las primeras semanas del nuevo gobierno.
Pero, además, el equipo económico de Duhalde entregó todo lo que Washington solicitaba, por ahora, a cambio de nada, ni siquiera un compromiso público de que los créditos estarían disponibles. Poco antes de salir eyectado de su cargo, Domingo Cavallo escuchó personalmente en Washington cuán entusiasmada estaba la cúpula del organismo con que la Argentina abandonara la convertibilidad y hasta le ofrecieron asistencia para devaluar controladamente el peso. Sin embargo, Duhalde lo hizo, sin reclamar antes la dote. El reclamo inmediatamente posterior de Washington, realizado ya públicamente, fue que se abandonara el tipo de cambio oficial fijo, que generaba un mercado cambiario dual que los técnicos del Fondo interpretaban que sólo podía reactivar la corrupción. Duhalde lo hizo, pese a que hace unas semanas aseguraba que esa etapa recién iba a llegar dentro de 4 o 5 meses, cuando estuvieran en el Central los dólares suficientes para defender una flotación razonable del dólar. Y tampoco hubo recompensa desde Washington.
Ahora, las demandas del FMI apuntan a dos temas. Por un lado, el staff de técnicos del organismo, liderados por la subdirectora gerente Anne Krueger, representante de la línea dura, le planteará al ministro de Economía que libere totalmente el mercado cambiario, abandonando el control de cambios instrumentado por el Banco Central. Concretamente, le pedirán que derogue en forma inmediata la prohibición que –por 90 días– pesa sobre las empresas radicadas en el país para girar dólares al exterior en concepto de remesas de utilidades, dividendos e intereses de deuda.
La segunda condición será que el Gobierno vete la nueva ley de Quiebras, aprobada por el Congreso, que suspende por el término de seis meses las quiebras y ejecuciones. Ese es un reclamo no sólo de los bancos sino también de los acreedores privados extranjeros que prestaron a empresas locales en dólares y ahora no quieren perder instrumentos legales para exigir su pago. La tercera será reformular el Presupuesto, adecuándolo a la realidad: en el Fondo descreen de los números de recaudación presentados por Economía y, como siempre, quieren más ajuste de gastos.
Hoy, Remes tendrá un día agitado porque, además de entrevistarse con Krueger por la mañana, almorzará con Koehler y promediando la tarde se entrevistará con la cúpula del Tesoro norteamericano, encabezada porO’Neill. En todas estas reuniones el ministro se valerá de una traductora, para hacer más transparente el diálogo, ya que su inglés es dificultoso.
Ayer, varios accionistas del Fondo salieron a marcarle la cancha de juego. Desde el canciller alemán, Gerhard Schroeder (ver aparte), hasta el ministro de Economía español, Rodrigo Rato, que pidió al gobierno argentino que “clarifique” cuál es la responsabilidad del sector público en la crisis; todos insisten con que primero quieren ver resultados.
En este contexto, es lógico que en el Ministerio de Economía hayan salido a bajar las expectativas del viaje, otorgándole un carácter principalmente “protocolar”. Más aún, el vocero presidencial, Eduardo Amadeo, quien viajó junto al ministro y al secretario de Finanzas, Lisandro Barry, dijo que “vamos a oír directamente de boca del Fondo Monetario y del Tesoro de Estados Unidos cuáles son las ideas que tienen sobre la negociación”. Y arriesgó que dicha negociación “va a llevar por lo menos dos meses”.

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