ECONOMíA › CUATRO DíAS DE CLASES MAGISTRALES DE DESTACADOS ECONOMISTAS HETERODOXOS DEL EXTERIOR
Los temas desarrollados fueron el cuestionamiento a gurúes neoliberales, la fragilidad de Grecia pese al canje de deuda, el rescate de las ideas de Keynes y la obsesión monetarista y keynesiana sobre la inflación. Las clases siguen hasta el viernes.
› Por Tomás Lukin
El estallido de la crisis internacional volvió a poner en evidencia las falencias del pensamiento económico dominante. La incapacidad de las teorías ortodoxas para abordar las causas de la crisis y la dificultad para diseñar una salida dejan en evidencia la necesidad de darles lugar a otros marcos conceptuales. Bajo esas premisas la Universidad Nacional de Quilmes realizó una inédita convocatoria. Invitó a dar clases magistrales durante cuatro días a nueve prestigiosos investigadores heterodoxos del exterior sobre enfoques alternativos de la crisis internacional, la economía argentina, las finanzas internacionales, la inflación, el sistema previsional, los recursos naturales y el impacto de los salarios y las ganancias en el crecimiento económico.
Durante la primera jornada realizada ayer el profesor emérito de la Universidad de Londres, John Weeks, cuestionó los cimientos de la teoría económica neoclásica y equiparó a sus exponentes como alquimistas. El investigador de la New School for Social Research de Nueva York, Lance Taylor, destacó a Keynes, en su versión original, como un elemento imprescindible para comprender y enfrentar la crisis. Finalmente, el prestigioso economista marxista Anwar Shaikh presentó una teoría alternativa para explicar la inflación donde se dejan de lado los elementos tradicionales como la emisión monetaria. Por su parte, el economista griego Costas Lapavitsas consideró que el último canje de Grecia celebrado por el sistema financiero internacional “es más parecido al megacanje y el blindaje de Cavallo que a la reestructuración de deuda argentina del 2005, ya que no resolvió el problema de la deuda helénica”. El economista advirtió que Grecia no podrá evitar el default.
Página12 participó en varias de las clases de ayer, destacándose las siguientes:
* John Weeks
“Imaginen alquimistas tomando el poder de los laboratorios de química, astrólogos persiguiendo a científicos en los observatorios y a los creacionistas apoderándose de la genética. Eso mismo sucedió en la economía”, sostuvo Weeks. Con ironía, el investigador explicó que a lo largo de los últimos 30 años los “alconomistas” se apoderaron de la profesión y desde ahí predicaron su propia versión del ‘creacionismo’, donde el libre mercado y la desregulación son las únicas formas viables de organizar la sociedad y la libre competencia hace las veces de ‘Piedra Filosofal’.”
El profesor emérito de la Universidad de Londres advirtió que los gurúes de la “alconomía” están respaldados y financiados por los sectores dominantes para fundamentar, de forma falaz, el desmantelamiento del Estado de Bienestar –los sistemas de seguridad social, seguros de salud– y así imponer “la tiranía de las finanzas y la austeridad”.
“En su miopía ideológica la libre competencia de los mercados es la única forma de asignar recursos y, por lo tanto, la intervención del Estado es diabólica. La economía neoclásica no es lógicamente poderosa, técnicamente fuerte y empíricamente válida. Por el contrario, su lógica es contradictoria, las técnicas son desprolijas y la economía real refuta sus generalizaciones bastante seguido. La alconomía es una basura total y nosotros debemos rechazar sus posturas reaccionarias”, enfatizó Weeks.
* Lance Taylor
“La única forma de comprender la crisis actual y poder hacerle frente es con los desarrollos de John Maynard Keynes. Sus ideas fueron muy influyentes hasta 1970, cuando la teoría ortodoxa las desplazó. Hoy Keynes tiene su revancha”, sentenció el destacado economista estructuralista Lance Taylor.
La metamorfosis a la que fueron sometidas las ideas originales de Keynes dejaron de lado un conjunto de elementos centrales introducidos por el economista hace 76 años. Para Taylor esos elementos ignorados por la teoría dominante son imprescindibles para comprender las causas de la crisis, diseñar políticas para impulsar la actividad económica y regular a los mercados financieros.
“Una de esas ideas esenciales es que el nivel de actividad está determinado por el gasto, por la demanda efectiva”, apuntó Taylor. El economista explicó que el aporte de Keynes invirtió la causalidad vigente en las teorías tradicionales y otorgó un lugar predominante a la demanda efectiva. Así, para impulsar el nivel de actividad se requiere inversión y gasto público y privado. A pesar de la fortaleza lógica y empírica de ese razonamiento, la visión de Keynes fue abandonada. En su reemplazo se instaló la reducción del déficit fiscal mediante el ajuste como mecanismo para reactivar la actividad económica.
Desde la visión de Taylor, los estímulos desplegados por Estados Unidos no fueron suficientes para reactivar los niveles de actividad y rechazó los ajustes aplicados en Europa. Por eso, advirtió, la recesión global podría profundizarse preservando elevados niveles de desempleo. Durante su intervención el economista cuestionó la capacidad de las reformas regulatorias para limitar la inestabilidad financiera. A su vez, el investigador señaló la creciente inequidad como un factor fundamental en el estallido de la crisis. Según explicó Taylor, ese proceso de reducción del poder de negociación de los trabajadores y estancamiento de los salarios que comenzó en 1980 fue “disimulado” por un creciente endeudamiento de las familias.
* Anwar Shaikh
El economista marxista de la New School for Social Research de Nueva York cuestionó las teorías neoclásicas de inflación que describen los aumentos de precios como un fenómeno meramente monetario, pero también apuntó contra las visiones keynesianas y poskeynesianas. “Desde el marco teórico dominante cualquier intento para alcanzar el pleno empleo genera aumentos de precios. La política económica moderna está dominada por el miedo a la inflación. Las teorías de la inflación se convirtieron en una limitación para reducir el desempleo”, explicó Shaikh. El economista aseveró que las políticas tendientes a impulsar la demanda y crear empleo no conducen a una aceleración de la inflación.
Según explicó Shaikh, la teoría cuantitativa del dinero ortodoxa y las explicaciones keynesianas de la inflación comparten la idea de que un aumento en la oferta monetaria o la demanda impulsa el nivel de actividad. “Esa es una visión correcta de ambas teorías pero es incorrecto considerar que a medida que se acercan al pleno empleo el crecimiento genera inflación”, explicó el economista. Desde su punto de vista, el nivel de inflación en una economía está determinado por el nivel de la tasa de ganancia y su vinculación con el nivel de crecimiento de la economía.
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