El Estado resolvió crear una nueva empresa aérea que absorberá las rutas y el personal de Lapa, cuyo proceso concursal seguirá por un camino separado. Según discutían ayer funcionarios del Ministerio de la Producción y representantes de los gremios aeronáuticos, poco después de su puesta en marcha esa flamante firma sería privatizada, con la condición de que los futuros accionistas sean “mayoritariamente argentinos”.
Se trata de una solución inédita que muchas cooperativas de trabajo de empresas autogestionadas por sus trabajadores anhelarían para sí. Aún no está definido de dónde saldrá el capital inicial para poner en marcha la nueva compañía, pero sí la decisión de que sean recursos públicos los que finalmente permitan rescatar a los 870 trabajadores que hoy están en Lapa, que dejó de volar desde hace más de una semana.
Ayer mismo, la Secretaría de Transporte presentó ante la Justicia una denuncia penal contra los actuales accionistas y administradores privados de Lapa. En principio, se les imputa la negligencia de haber vendido pasajes sin tener los recursos financieros como para garantizar la operatividad de la compañía. Pero la demanda podría ir más allá, ya que también se sospecha de que la terna de accionistas a los que Eduardo Eurnekian le habría vendido el paquete accionario hace unos meses –Ricardo Arena, Humberto Roca y Mario Folchi– podría haber capturado para sí dinero de la venta de millonarios repuestos en desuso.
Las tratativas para crear la nueva compañía aérea estatal continuarán hoy bajo el comando de la Secretaría de Transporte, dependencia dentro de la órbita del ministro de la Producción, Aníbal Fernández.