Mié 22.08.2012

ECONOMíA  › EL NIVEL DE DESEMPLEO SE UBICó EN EL 7,2 POR CIENTO, PERO CON AUMENTO EN LA SUBOCUPACIóN

El empleo se mantiene, pero cuesta

El impacto de la crisis se vio atenuado en el mercado laboral, aunque se hizo sentir. Se mantiene baja la tasa de desempleo, pero sube la de subocupación y se redujo además la población económicamente activa.

La tasa de desocupación del segundo trimestre del año se ubicó en el 7,2 por ciento, una décima por debajo de la del mismo período del año pasado y una décima por encima de la del primer trimestre del actual. Esta aparente estabilidad se ve alterada cuando se observa la evolución de la tasa de subocupación, que se elevó un punto respecto de un año atrás (al pasar del 8,4 al 9,4 por ciento) y lo ocurrido con la tasa de actividad y de empleo, que en ambos casos marcan un descenso de cuatro décimas en relación con el segundo trimestre de 2011. Es decir, aunque la tasa de desempleo bajó levemente, la economía ofrece este año menos puestos de trabajo que el año pasado.

En forma desagregada, la información del Indec muestra que la situación laboral es peor en el área metropolitana que en el interior del país. La desocupación en la primera alcanza al 7,7 por ciento (un punto más que en los aglomerados urbanos del interior), mientras que la subocupación afecta al 11,2 por ciento (contra 7,2 en el resto del país).

En cuanto a la tasa de desocupación, el mapa del país presenta un cuadro muy desigual. Las tasas más elevadas se encuentran en tres aglomerados urbanos del Noroeste: Gran Catamarca, con el 11,7 por ciento, Salta, con 10,9, y Santiago del Estero-La Banda, con 10 por ciento de desempleo.

En el otro extremo, las provincias del Noreste presentan un cuadro diametralmente opuesto, aunque con características particulares. El desempleo en esta región es, por lejos, el más bajo del país, con un nivel del 2,4 por ciento. Pero también es la que presenta la más baja tasa de actividad y de empleo, el 38,2 y 37,3 por ciento respectivamente. Es decir que hay una proporción inferior de personas (con respecto a la población total) buscando insertarse en el mercado laboral. Es una región que tiene menos puestos de trabajo en relación con la cantidad de habitantes, pero al no estar ni siquiera buscando trabajo casi el 62 por ciento de la población, la tasa de desocupación es consecuentemente baja. Usualmente, este fenómeno de tan baja tasa de actividad se asocia al “efecto desaliento”: personas que buscan empleo durante mucho tiempo sin conseguirlo, que terminan desistiendo de hacerlo y se autoexcluyen del mercado laboral. Estadísticamente, dejan de engrosar la tasa de desempleo para pasar al territorio de los “inactivos”.

Por provincia, el caso más notable es el de Chaco. La encuesta para el aglomerado urbano de Gran Resistencia da cuenta de un índice de desempleo del 0,4 por ciento y de 0,6 por ciento de subocupación. Este cuadro resultaría casi perfecto de no ser porque la tasa de actividad es del 34,6 por ciento y la de empleo, 34,5 por ciento. Es decir, la región genera un puesto de trabajo prácticamente cada tres habitantes. Pero como dos de cada tres habitantes directamente no estarían buscando empleo en el mercado laboral, la tasa de desocupación y subocupación se acerca a cero. Difícilmente esos dos tercios de “inactivos” lo sean exclusivamente por razones de edad (menores o viejos ya retirados). En Formosa, el desempleo alcanza al 2,6 (con 2,3 por ciento de subocupados), igualmente con muy baja proporción de población activa (35,5 por ciento) y reducida tasa de empleo (34,6 por ciento de la población total).

Un segundo escalón en cuanto a la situación laboral lo ocupan aquellos distritos con bajo nivel de desempleo, pero con tasas de actividad inferiores a la media, pero un poco más elevada que los casos extremos ya señalados de Chaco y Formosa. Es decir, los aglomerados donde también podría haber cierto “efecto desaliento”, pero con un nivel de población activa no tan extremadamente baja: entre 38 y 41 por ciento. Es el caso de Posadas (dentro de la región Noreste), Gran San Juan y San Luis-Chorrillos (región Cuyo), Jujuy-Palpalá (Noroeste) y Concordia (Pampeana). En esos cinco distritos, la tasa de desocupación se ubicó en el segundo trimestre en el 2,4 por ciento en San Luis, 3 por ciento para Posadas, 4,3 en Jujuy, 5,5 en Concordia y 5,6 en San Juan.

Los distritos que, en cambio, presentan según las estadísticas del Indec bajos niveles de desempleo incluso con tasas de actividad “normales” (42 al 44 por ciento de la población total) son Santa Rosa-Toay con el 3,1 por ciento, Corrientes con 3,4, Gran Tucumán-Tafí Viejo con 3,8 y La Rioja con 4,5. Los aglomerados urbanos patagónicos son un caso aparte: Río Gallegos exhibe una tasa de desocupación del 3,9 por ciento (3,3 de subocupación), con una tasa de actividad del 49 por ciento, mientras que Comodoro Rivadavia-Rada Tilly (Chubut) llega al 3,5 por ciento de desocupación con un nivel de actividad del 45,1 por ciento.

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