ECONOMíA › PRECIOS Y CONCENTRACIóN EN LA COMERCIALIZACIóN Y LA MOLIENDA
Hace cuatro meses, el consumidor sufrió la escasez de yerba y fuertes aumentos de precios en pocos días. Qué intereses y poderes se encubren detrás de las maniobras con la producción que había pero se escondía.
› Por Sebastián Premici
El faltante de yerba mate en las góndolas ocurrido hace cuatro meses y los altos precios cobrados por los supermercados pusieron en evidencia la alta concentración empresaria del sector y un fuerte componente especulativo de la industria y la cadena comercial. Según datos del Ministerio de Economía, sólo 10 molinos procesan el 80 por ciento de la producción yerbatera. Entre la cadena de comercialización (grandes supermercados) y la molienda se llevan casi el 70 por ciento de la rentabilidad del sector. Página/12 repasó la situación en la cadena al momento del conflicto y la incidencia de la concentración del complejo yerbatero en los faltantes de hace cuatro meses, así como también la especulación sobre el precio final del producto.
El supuesto conflicto se había originado luego de que los productores yerbateros recibieran un aumento del 90 por ciento en el precio por kilo de hoja verde, que en la práctica era de 80 centavos. Como respuesta, la industria y los supermercados trasladaron ese porcentaje a los consumidores y guardaron producción. Este componente especulativo queda en evidencia cuando se analizan los números de producción que publica periódicamente el Instituto Nacional de Yerba Mate (INYM). Para abril, los molinos contaban con un stock de 102 millones de kilos de canchada, mientras que el stock de yerba mate ya molida era de 13,4 millones de kilos, dos millones más que en 2011, cuando la yerba no ocupaba los titulares de los diarios.
En la elaboración primaria hay 17.444 productores, los establecimientos secadores son 239, hay 118 molinos y 12 fraccionadores, que son los que empaquetan la yerba para su comercialización. Establecimiento Las Marías (Taragüí, Unión, La Merced), Hreñuk S. A. (Rosamonte), Molinos Río de la Plata (Nobleza Gaucha) y La Cachuera (Amanda) concentran el 50 por ciento del mercado. Un informe de la Secretaría de Política Económica determinó que los productores participan del 9 por ciento de los ingresos, los secaderos del 24 por ciento y el sector de la molienda y comercialización se queda con el restante 67 por ciento.
En abril de este año, la yerba lista para su comercialización llegaba a 12,6 millones de kilos, mientras que el stock total era de 13,4 millones. Sin embargo, en las góndolas había faltantes. En abril de 2011, la yerba ya molida alcanzó los 20,7 millones de kilos, una diferencia del 64 por ciento en relación con 2012. Pero pasado el supuesto conflicto, los molinos y fraccionadores pusieron en el mercado todo lo que tenían.
En mayo de este año, en consecuencia, ya había un disponible de 23,7 millones de kilos para distribuir en los comercios, y en junio otros 22 millones. Antes de eso, en abril, la yerba estaba, pero guardada. Entre enero y junio, el producto molido totalizó los 114 millones de kilos, tan sólo un 8 por ciento menos que en 2011 (124 millones). Según el Ministerio de Economía, esa merma se explica por un continuo envejecimiento de los yerbatales, que de todas maneras no ponen en riesgo el normal abastecimiento.
“Las causas del incremento de precio en las góndolas van más allá de actitudes especulativas, tienen que ver con las prácticas de formación de precios en toda la cadena, similares a las de muchos otros productos. Si el productor recibe un aumento del 90 por ciento (por más que signifique 80 centavos), el secador incrementa sus costos en una misma proporción, lo mismo que la industria y los comercios. En el caso de la yerba mate, los sucesivos márgenes multiplican por 5,2 el precio de la materia prima”, explicó a Página/12 Andrés Asiain, integrante de la Cátedra Nacional de Economía Arturo Jauretche.
La diferencia entre lo que recibe el productor yerbatero y lo que paga el consumidor podría explicarse por la concentración de la industria y los supermercados. En la década del 90, el 41 por ciento de la comercialización minorista era controlada por los súper y los hipermercados. Pero en 2003 concentraban el 82,1 por ciento de las ventas totales, según el Indec.
Uno de los actores invisibilizados en ese supuesto conflicto fue el tarefero, el primer eslabón en la cadena, que suele trabajar para los productores. De los 15.000 tareferos que hay en el país, el 70 por ciento no está registrado. En el último acuerdo salarial, avalado por la Comisión Nacional de Regulación del Trabajo Agrario, recibió un aumento del 17 por ciento.
“Somos los menos beneficiados en la renta del sector. Las principales marcas se enriquecen con el trabajo esclavo. Acá hay una cuestión histórica, esto no es de ahora. Y el gremio que tendría que representarnos (Uatre) nunca se tomó en serio la defensa de los trabajadores”, sostuvo a este diario Roque Pereira, presidente de la Asociación civil de tareferos y obreros rurales de Misiones.
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