Por ahora, Néstor Kirchner parece estar dispuesto a responder golpe por golpe a las presiones de los grupos de poder. “Yo conozco al grupito que ha operado en las provincias, que se ha movido, que ha hecho operaciones que no corresponden”, dijo el presidente electo durante el programa de televisión en el cual fue entrevistado y almorzó ayer, mirando a la cámara, cuando la conductora le preguntó si “los banqueros lo quieren o no”. “Operaban cuando estábamos por firmar los pactos fiscales de las provincias”, acusó el futuro mandatario, señalando que “algunos de ellos manejan bancos que fueron privatizados en las provincias”. Finalmente, lanzó una advertencia: “Si ellos se ponen a trabajar y a ayudar a la Argentina, bárbaro; ahora, si vuelven a tratar que la especulación financiera esté por arriba del trabajo de los argentinos, lo voy a venir a decir acá”. Los banqueros prefirieron, por ahora, responder enarbolando una bandera blanca: ninguna de las tres entidades del sector quiso demorar su apoyo al presidente electo, que hicieron público ayer en otros tantos comunicados de prensa.
Después de lanzar la frase del discurso del miércoles, “no seré presa de las corporaciones”, que provocó salpullido en la piel de los grupos económicos locales, Kirchner se puso en guardia ayer frente al sector financiero. Roberto Lavagna había dado un anticipo el lunes, en la Bolsa de Comercio, cuando en presencia del ministro de Hacienda de Chile, Nicolás Eyzaguirre, y de Planeamiento de Brasil, Guido Mantega, señaló en referencia a Adeba que “fue creada una nueva asociación de bancos con el único objeto de volver a empezar, mediante la recepción de depósitos en dólares, con el mismo proceso que nos llevó al sistema financiero que estalló en diciembre de 2001”. Ayer, el candidato electo en vuelta y media se refirió implícitamente a la misma asociación, en la que anidan varios bancos adjudicatarios de entidades provinciales privatizadas.
Pero no sólo fue Adeba la que salió a manifestar su respaldo y comprometer su colaboración con el mandatario electo. También lo hizo ABA, que nuclea a los bancos extranjeros, y Abappra, en la que se agrupan la banca pública y la cooperativa, fundamentalmente. ABA destacó, como rasgo principal de su mensaje, que “ésta es una gran oportunidad para consolidar la estabilización de la economía y sentar las bases para un crecimiento sostenido”. Con ese propósito, expresó “su más firme apoyo al próximo gobierno” y reiteró “su compromiso para lograr, con el concurso de todos los sectores políticos, económicos y sociales, el consenso necesario que permita sacar al país adelante”.
No menos elocuente en el enunciado de sus patrióticos propósitos fue Adeba, que consideró que la llegada del nuevo gobierno “abre esperanzas y expectativas en toda la sociedad que anhela superar la profunda crisis que padece la República”. La entidad de más reciente creación “compromete su colaboración y apoyo a la gestión de las nuevas autoridades y considera que todos los sectores del empresariado nacional se conjugarán en un esfuerzo para la concreción de un nuevo horizonte de crecimiento y equidad”.
Abappra, en cambio, puso el énfasis en que “la asunción de un nuevo gobierno surgido del voto popular constituye un paso adelante en la consolidación de las instituciones democráticas de la República”. Admitiendo que “la superación de la gravísima situación social” significa “un desafío mayúsculo para el gobierno que asume”, la entidad que por composición podría ubicarse como más próxima a la propuesta económica del gobierno entrante resaltó la necesidad de “un amplio consenso” que comprometa a todos los sectores “con un modelo de desarrollo basado en el interés nacional, la democratización del poder económico, la integración regional y la mejor distribución del ingreso”.
La entidad que representa a los bancos públicos y regionales va más allá, incluso, en sus definiciones, al sostener que “hay que dejar atrás aquellas concepciones que querían hacer de la actividad bancaria un negocio lucrativo al servicio de unos pocos”, en una línea muy próxima a las palabras de Kirchner. “Concebimos a la actividad financiera como un servicio público convertido en palanca para el desarrollo nacional”, consigna Abappra como para reforzar la concepción. Finalmente, en un tono semejante a las otras dos entidades del sector, se señala que el futuro presidente “encontrará en Abappra la decidida colaboración y apoyo para superar la crisis y construir un futuro venturoso para todos los argentinos”.
La especulación financiera provocó ayer una trepada de cinco centavos en la cotización del dólar, que en dos jornadas acumuló una suba de ocho centavos. Sin llegar a ser una alarma, es toda una advertencia. Es precisamente en el sector de las finanzas donde se escucharon los cuestionamientos más severos a las señales económicas que dejó entrever el futuro mandatario. Por ahora, el santacruceño se muestra dispuesto a no cederle espacio, desde lo discursivo, al reclamo de lo que suele denominarse “mercado”. Y ya tiene elementos para empezar a reconocer potenciales aliados y enemigos.