El Producto Interno Bruto (PIB) se estancó en el segundo trimestre y permaneció sin cambios respecto del mismo período de 2011. Además, cayó 0,8 por ciento en comparación con los primeros tres meses del año. En el semestre acumula una suba interanual de 2,4 por ciento, según informó ayer el Indec. El incremento en el consumo y el sector servicios contrastó en el segundo trimestre con la caída de la producción de bienes y de la inversión. El Gobierno prevé una mejora en la segunda parte del año.

El consumo privado, uno de los principales componentes del producto, trepó 4,2 por ciento en términos interanuales, aunque evidenció una desaceleración en comparación con el primer trimestre cuando venía creciendo al 7 por ciento. El consumo público mantuvo una tendencia similar. Creció 6,8 por ciento interanual, menos que el 9 por ciento que había subido en los primeros tres meses del año.

El sector servicios también tuvo un desempeño positivo al trepar 3,6 por ciento por el buen desempeño de los bancos y algunas empresas de servicios públicos, como las telefónicas. La producción de bienes, en cambio, cayó un 5,9 por ciento, confirmando lo que el Indec ya había adelantado a través de la difusión de diversos informes sectoriales. El organismo oficial de estadísticas informó a mediados de julio que la industria había retrocedido un 3,2 por ciento interanual en el segundo trimestre, fundamentalmente por la fuerte contracción de la industria automotriz que en junio, por ejemplo, cayó 30,9 por ciento debido a la menor demanda de Brasil, el principal socio comercial del país. También influyeron en la caída las restricciones a las importaciones que aplicó el Gobierno.

La construcción fue otro de los sectores que tuvo un flojo desempeño en el segundo trimestre con una caída interanual de 4,9 por ciento. Esta actividad es clave por el nivel de empleo que genera y las industrias asociadas que tracciona. El estancamiento de Brasil y el delicado panorama de Europa no representaron una amenaza específica para un sector que produce bienes no transables (no susceptibles de ser importados y exportados), pero el mismo es muy dependiente de las expectativas. Por eso sintió el impacto de la crisis de las hipotecas subprime en el cuarto trimestre de 2008, antes que otras áreas con vínculos con el sector externo.

El endurecimiento de las restricciones para la compra de divisas también impactó en la construcción. Los precios de las propiedades comenzaron a fijarse a un valor intermedio entre el dólar oficial y el dólar negro. Por lo tanto, quienes no podían acceder a los dólares tuvieron que convalidar precios hasta un 30 por ciento más caros o retirarse del mercado. Por último, también hay que tener en cuenta que en 2011 la obra pública creció fuerte durante la campaña electoral y este año, sin elecciones, se desaceleró.

La inversión también retrocedió fuerte en el segundo trimestre impactando en el PIB. Según informó ayer el Indec, cayó 15 por ciento interanual. Esta caída se debió al decrecimiento del 3 por ciento de la inversión en construcciones y a la disminución del 26,5 por ciento en equipos durables de producción. Dentro de este último agregado, para el componente nacional se estimó un crecimiento del 4 por ciento y para el componente importado la caída fue del 41,8 por ciento. Este último dato revela el impacto provocado por las restricciones a las importaciones que implementó la Secretaría de Comercio Interior comandada por Guillermo Moreno para tratar de preservar el superávit comercial en un contexto de continua apreciación real del peso. Moreno logró el objetivo porque el superávit será incluso mayor al de 2011. Se espera que supere los 12 mil millones de dólares cuando el objetivo inicial había sido mantener al menos 10 mil millones, pero la contracara fue el impacto en la actividad. Numerosas empresas tuvieron que disminuir su producción en algún momento de este año, ya sea por falta de insumos importados o por la dificultad para conseguir maquinarias o repuestos importados.

Pese a la caída del segundo trimestre, en el Gobierno prevén que la actividad se va a recuperar lentamente en la segunda mitad del año porque la comparación interanual es con trimestres más deprimidos, algo que ya está ocurriendo. De hecho, calculan que el crecimiento de 2012 terminará siendo del 3,4 por ciento.