Jue 27.09.2012

ECONOMíA  › DE VIDO SE REUNIO CON EL PRESIDENTE DE LA EMPRESA ESTATAL DE ENERGIA NUCLEAR DE CHINA

Inversores interesados en Atucha III

La compañía CNNC podría hacerse cargo de la construcción de una cuarta central nuclear. Las negociaciones avanzan, pero la decisión se tomará recién el año próximo.

Desde Beijing

El ministro de Planificación, Julio De Vido, se reunió ayer en esta ciudad con el presidente de la CNNC, la empresa estatal de energía nuclear de China que podría hacerse cargo de la construcción de una cuarta central nuclear, Atucha III. Yang Chaodong, titular de la CNNC, acompañó al funcionario en su recorrida turística por la Ciudad Prohibida y en la visita al mausoleo de Mao. Fuentes de Planificación se mostraron entusiasmados por la posibilidad de que avance el proyecto, aunque aclararon que la decisión sobre quién será el proveedor recién se tomará el año que viene. Durante la jornada de hoy, De Vido hará la presentación del road show para buscar inversores interesados en la licitación para la construcción de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, en el río Santa Cruz. También mantendrá reuniones con varias firmas chinas con importante espalda financiera para “evacuar dudas” de esos inversores. La licitación oficial, que cierra el 12 de diciembre, exige un mínimo del 50 por ciento de aporte del capital privado, pero en el Gobierno esperan recibir ofertas más tentadoras, incluso por la totalidad del proyecto, cuyo monto asciende a 4898 millones de dólares, de parte de compañías chinas como Sinohydro.

De Vido se aloja junto a la mayor parte de la delegación argentina en el hotel China World Summit, el edificio más alto de Beijing. Desde el café del último piso, el número 88, se obtiene una panorámica impactante de la capital china. En Beijing sobresale la enorme cantidad de nuevos edificios de oficinas, shoppings y hoteles lujosos, algunos de diseño posmoderno, y el smog de los autos y de la quema de carbón para generar energía. Las nuevas construcciones dedicadas a la actividad comercial conviven con edificios de los años ’60 y ’70 de enorme cantidad de departamentos, donde viven buena parte de los trabajadores de Beijing. La ciudad, sin embargo, no luce caótica. Sus 20 millones de habitantes no circulan en masa por las calles céntricas y, durante los embotellamientos de autos último modelo en hora pico, rara vez se escucha alguna bocina.

Durante la cena que se ofreció en la embajada argentina en Beijing, un caserón antiguo con un amplio jardín, De Vido explicó a Página/12 que “China tiene bancos de comercio exterior muy importantes, como el Citic Bank y el Eximbank, que son agentes financieros poderosos que seguramente se van a convertir en actores muy importantes en este proceso licitatorio”. Por su parte, José López, secretario de Obras Públicas, indicó que “la propuesta de financiamiento inicial, del 50 por ciento como mínimo del sector privado, tuvo muy buen recibimiento, y hay posibilidades de obtener más. Eso deja en claro que estas compañías tienen una visión diferente de la de los bancos tradicionales, que mantienen la visión del riesgo país”. (En la página 8 se ofrece un análisis detallado de cómo operan los bancos vinculados al financiamiento del desarrollo en China.)

Las represas para las que pretende conseguir financiamiento De Vido permitirán, según estimaciones oficiales, generar 1740 megavatios, que implican un ahorro de divisas por caída en la importación de gas de 1100 millones de dólares al año, un monto que aliviaría en algún modo el abultado déficit energético. En relación con la participación de la industria nacional en el proyecto, se prevé que el consorcio ganador de la licitación tenga una participación de al menos un 30 por ciento de firmas nacionales.

El costo total de las represas es de casi 4900 millones de dólares. De ese monto, alrededor del 50 por ciento representa la obra civil, mientras que la otra mitad, el costo del equipamiento para las represas. Para la realización de este tipo de emprendimientos se utilizan por lo general dos modalidades. Una es la de la obra pública, a través de la cual el Estado paga a los privados para que equipen la represa y realicen la obra civil. Luego el sector público recibe los ingresos derivados de la venta de la energía. La otra forma es la de “construir, operar y transferir”. Allí el privado financia la construcción y luego cobra la energía para el repago de la inversión. Los precios actuales subsidiados definen que la obra de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic no puedan financiarse únicamente a partir de la venta de energía, de ahí el esquema mixto de financiamiento público y privado, y el repago a través de la operatoria. La empresa que mejores condiciones en términos de financiamiento proponga será la ganadora de la licitación. Para el monto restante, si es que lo hubiera, el Estado emitirá un bono a través del Fondo Hídrico o realizará un aporte a través de los fondos del Tesoro.

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