ECONOMíA › ESPAñA VUELVE A COMPRAR BIOCOMBUSTIBLE ARGENTINO. FRACASó EL CASTIGO
El gobierno de España decidió dar marcha atrás en la medida que había dispuesto en abril pasado de frenar la importación de biocombustible de Argentina, su principal proveedor, en respuesta a la expropiación de acciones de Repsol en YPF.
El gobierno de España suspendió la medida que había adoptado en abril, al calor de la expropiación del capital de Repsol en YPF, para perjudicar las exportaciones argentinas de biodiésel. El Ministerio de Industria, Energía y Turismo del país ibérico justificó que la restricción podría tener “una repercusión negativa en los precios de los combustibles”. Desde la Cámara Argentina de Biocombustibles, que representa a las grandes cerealeras, indicaron a este diario que la marcha atrás guarda relación con la gestión realizada por el Gobierno en la Organización Mundial de Comercio (OMC). Las exportaciones de biocombustible a España prácticamente no sufrieron modificaciones hasta octubre, cuando cayeron por la finalización de contratos previos. Los empresarios prevén una recuperación de las ventas.
En lo que fue planteada como una represalia a la nacionalización de YPF, el gobierno de España anunció en abril que dejaría de comprar biodiésel de Argentina. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamarina, había indicado que su gobierno priorizaría la utilización de biocombustible europeo a través de la aplicación de un sistema de cuotas para la producción y comercialización, previstas con exclusividad para empresas radicadas en territorio del Viejo Continente. De todas formas, se trata de una medida que reclamaban desde 2010 las cámaras españolas productores de biodiésel. Desde abril no se cerraron más operaciones comerciales. El gobierno español encaró un proceso de licitación que terminaba el 22 de octubre, con la publicación de las firmas europeas que se quedarían con la cuota 2013.
Argentina es el principal proveedor de biodiésel a España, seguido por Indonesia. A la vez, España es el primer comprador de biodiésel producido en la Argentina, seguido por los Países Bajos, Perú, Italia y Bélgica. Las ventas de ese producto al país ibérico llegaron a 1106 millones de dólares en 2011, el 38 por ciento de las exportaciones totales de la Argentina a ese destino. Las ventas a España se mantuvieron en un nivel normal hasta septiembre, cuando caducaron los contratos celebrados antes de abril. Las firmas calculan que los envíos en octubre serán de unas 15 mil toneladas, cuando el promedio mensual venía siendo de 90 mil toneladas y estimaban ventas nulas el año que viene.
Frente a esta situación, el Gobierno hizo una presentación ante el órgano de solución de diferencias de la OMC. Según fuentes oficiales, los días 4 y 5 de este mes hubo una reunión en Bruselas donde miembros de la Cancillería reclamaron a las autoridades españolas que se derogue la medida. Si bien la norma que dio marcha atrás con la restricción se conoció ayer al publicarse en el Boletín Oficial del Estado español, fue redactada el 9 de octubre pasado.
“La estrategia acordada con el gobierno nacional fue oponerse a la medida española a través de una presentación en la OMC fundada en su carácter discriminatorio. Entendemos que fue la presentación en la OMC la que modificó la posición de España”, señaló a Página/12 Gustavo Idígoras, asesor de asuntos internacionales de la Cámara Argentina de Biocombustibles. Confirmó que “a partir de mañana (por hoy) los exportadores argentinos pueden volver a hacer contratos con los españoles, aunque el volumen futuro de operaciones depende de las condiciones de mercado. No creo que se vuelva a los valores de los últimos meses”.
De todas formas, la explicación formal de España fue distinta. “La aplicación de la orden puede tener una repercusión negativa en los precios de los combustibles de automoción en un momento, como el presente, en que éstos alcanzan máximos históricos”, explica la disposición firmada por José Manuel Soria, ministro de Industria, Energía y Turismo español. Cuando Cristina Fernández se enteró de la medida en represalia por YPF, en abril, anticipó la futura marcha atrás de los españoles. “Si el gobierno de España quiere pagar más caro el biocombustible, es una decisión soberana.” El gobierno ibérico dejó sin efecto la aplicación de la norma, pero no la derogó, de modo que las gestiones en la OMC para lograr la eliminación de la cuota podrían continuar.
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