La construcción cayó en octubre 5,2 por ciento en forma interanual y en lo que va del año lleva una baja acumulada de 2,5 por ciento, según informó ayer el Indec. Entre las causas que explican el flojo desempeño que experimenta el sector sobresalen la restricción oficial a la venta de divisas para adquirir inmuebles y el impacto de la desaceleración económica en general.

La crisis internacional, amplificada en la economía nacional por la desaceleración de Brasil, impactó en la industria automotriz y sectores conexos y en las economías regionales, con la consiguiente tracción negativa sobre otras actividades. La construcción canalizó parte del excedente generado por la economía nacional en los últimos años, de ahí que tenga un comportamiento procíclico. A ese escenario difícil se le sumó la restricción a la compra de divisas, lo que forzó una pesificación del mercado de las propiedades, fundamentalmente en las grandes ciudades. Eso impactó de lleno en el sector inmobiliario y de manera lateral en la industria de la construcción, que todavía no logra adaptarse al nuevo escenario.

También influyó el menor dinamismo de la obra pública, a diferencia del sesgo contracíclico que se adoptó en la crisis de 2009. Según el desagregado que confecciona el Indec, el segmento de la construcción que más cayó entre enero y octubre fue obras de infraestructura con una baja del 6,6 por ciento, seguido por obras viales (5,7 por ciento) y viviendas (1,5 por ciento). En tanto que se registró un aumento de 6,8 por ciento en construcciones petroleras.

A su vez, la venta de insumos mostró resultados dispares, con aumentos de 12,4 por ciento en ladrillos huecos y 3,3 por ciento en pinturas para la construcción, mientras que hubo bajas de 30,3 por ciento en pisos y revestimientos, 7,4 por ciento en hierro redondo, 6,5 por ciento en asfalto y 4,8 por ciento en cemento.

La caída informada este mes es la séptima consecutiva en términos interanuales. El 19 de noviembre, el titular de la Cámara de la Construcción, Enrique Wagner, se mostró preocupado por la situación del sector y afirmó que, según datos del Instituto de Estadísticas y Registro de la Industria de la Construcción, este año ya se perdieron cerca de 30 mil puestos de trabajo. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner le respondió ese mismo día que, más allá de los problemas actuales, la construcción experimentó un crecimiento exponencial desde 2003. No obstante, en el Gobierno son conscientes del problema y lo que más preocupa es la caída del 6 por ciento en el empleo. Por eso en los últimos meses se realizaron una serie de anuncios destinados a incrementar el ritmo de la obra pública. El Plan Más Cerca de obra pública de baja magnitud en economías regionales es un ejemplo de ello. También se espera que el programa Pro.Cre.Ar empiece a impactar en este indicador.

Por ahora, sin embargo, los empresarios anticipan un panorama poco propicio. Entre los que se dedican a la obra pública, el 33,3 por ciento esperaba para noviembre una baja del nivel de actividad, el 59,3 por ciento no vislumbraba cambios y apenas un 7,7 por ciento confiaba en una suba. Entre los que se orientan a la obra privada el 82,4 por ciento dijo que el nivel de actividad no se iba a modificar en noviembre y el 17,6 por ciento consideraba la posibilidad de una caída.