ECONOMíA › EVOLUCIóN DEL MERCADO DE AUTOS EN BRASIL DURANTE EL AñO PASADO
Automotrices argentinas bajaron su participación en la plaza brasileña a manos de asiáticas y mexicanas en el segmento de autos medianos, plaza fuerte de las terminales locales. Despacharon 70 mil unidades menos en 2012 respecto del año anterior.
› Por Javier Lewkowicz
El mercado interno de autos en Brasil creció 4,6 por ciento en 2012, a partir de la venta de autos allí producidos, que contrarrestó la caída de las importaciones. En ese contexto, la industria argentina perdió participación entre las compras externas del país vecino, debido a la creciente competencia por parte las automotrices asiáticas y mexicanas que no están radicadas en Brasil en el segmento de autos medianos, que son los que venden las terminales locales. Esa caída explica buena parte de la merma en la producción nacional de autos. A pesar de la suba en las ventas, la producción de autos en Brasil bajó 1,9 por ciento, al cerrar en 3.400.000 unidades. Ese desempeño se explica por la fuerte caída en las exportaciones, que se destinan principalmente a México y Argentina. Para 2013, Adefa espera un alza en la producción local.
Los vehículos nacionales patentados subieron 8,3 por ciento, a partir de la venta de autos livianos, mientras que los importados bajaron 7,3 por ciento. Como consecuencia, la participación de la importación en el mercado del país vecino cayó de 23,6 a 20,9 por ciento. El resultado no fue azaroso, puesto que el Gobierno de Dilma Rousseff introdujo a fines de mayo una reducción impositiva para las terminales radicadas, que extendió a los autos fabricados en la Argentina. Pero ello no se reflejó en las ventas hacia el país vecino. Argentina exportó a Brasil 340.165 unidades en 2012, el 42 por ciento del total de vehículos comprados desde el exterior por ese país. En 2011, en cambio, las exportaciones ascendieron a 410.677 unidades, el 48 por ciento de los autos allí importados.
Es decir que de un año a otro, en el contexto de un mercado importado más chico y protegida por la reducción del IPI, la industria argentina bajó su participación. La diferencia no es menor. De haber mantenido su porción de mercado, Argentina hubiera vendido 41 mil unidades más, lo que reduce la caída del sector de 7,8 a 2,7 por ciento. Analistas advierten que los incentivos fiscales de Brasil tienen más peso sobre las unidades chicas. Argentina, en cambio, envía unidades medianas, donde la desgravación impacta menos.
Por otro lado, las terminales que operan en la Argentina también tienen filiales en Brasil, y en algunos casos venden los mismos modelos. Frente a una situación compleja en el país vecino, prefieran reducir envíos desde Argentina. El caso más claro es Fiat, que bajó sus ventas en relación con otras firmas. Esta situación, además, se monta sobre una creciente presión sobre el mercado vecino de las terminales asiáticas y mexicanas que no están radicadas en Brasil ni en Argentina, como es el caso de Nissan, Hyundai o KIA. Esas marcas compiten en un segmento de mercado similar al argentino, donde operan las fábricas europeas y de Estados Unidos.
El resultado es que entre 2007 y 2012, el peso de los importados sobre el total vendido en Brasil subió del 10 al 20 por ciento, principal motivo de preocupación de Dilma Rousseff, mientras que las unidades argentinas cayeron del 77 por ciento de todo lo importado hasta el 42 por ciento. En ese período, de todos modos, las exportaciones a Brasil crecieron en cantidad, de ahí el auge del sector en Argentina. Esa situación no se dio en 2012. La tendencia está limitada por el actual esquema de comercio administrado, que pone un techo al déficit bilateral entre ambos países.
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