ECONOMíA › OPINIóN
› Por Gustavo Marangoni *
El fuerte crecimiento económico de los últimos años se basa en gran medida en la estrategia de priorizar la expansión de la demanda efectiva a través de políticas de ingresos que robustecen el mercado interno. Esta política central del gobierno nacional, junto con otras medidas específicas, tiene la virtud de incentivar y proteger el empleo y la producción local, especialmente en períodos en los que la crisis internacional de las economías centrales presiona sobre nuestros mercados (vía menor demanda de exportaciones, como en 2009 y 2012), pero también los procesos de crecimiento que buscan apoyarse en fuentes de ahorro e inversión más autónomos, recuperando el protagonismo del capital nacional y promoviendo la redistribución progresiva del ingreso, enfrentan dilemas que hay que ir atendiendo y resolviendo.
Quizá uno de los más importantes es el rol y dinamismo de la inversión productiva, para lograr aumentar permanentemente la oferta de bienes y servicios, evitar los cuellos de botella en la balanza de pagos (vía aumento de importaciones) y fomentar el crecimiento del empleo genuino. Se trata de la variable central para lograr que la mayor demanda, tanto interna como externa, pueda ser abastecida crecientemente por bienes que se produzcan internamente, para ahorrar importaciones y aumentar el empleo argentino.
Son múltiples los aspectos que inciden en una agenda pro inversión, pero uno de los puntos críticos reside en la necesidad de lograr la reconversión de la intermediación financiera a favor de las actividades productivas y no especulativas. Es central promover el ahorro nacional y su redireccionamiento hacia la producción y empleo, para que los mercados y el capital financiero no sigan caminos independientes de las necesidades de la economía. En este sentido, estamos asistiendo desde comienzos de 2012 a un cambio trascendental en la orientación de la política crediticia del sistema financiero. A raíz de la nueva Carta Orgánica del Banco Central, se ha dotado al regulador de la capacidad para transformar al sistema financiero en un promotor de la producción y la inversión.
A principios de julio de 2012, la autoridad monetaria creó una línea de créditos para la inversión productiva, donde los veinte bancos más grandes del sistema debían destinar, como mínimo, una suma equivalente al 5 por ciento de sus depósitos. En el transcurso de los últimos seis meses de 2012, la nueva línea crediticia ya ha dejado en evidencia sus aportes significativos en términos de financiamiento al sector productivo. Al cierre de 2012, las entidades financieras otorgaron más de 15.000 millones de pesos en créditos productivos, siendo las mipymes receptoras de la mitad de dicho financiamiento. Esto representa un ejemplo concreto, de impulso desde el sector público y articulación con la banca tanto pública como privada, para comenzar a transformar la estructura del crédito, haciéndola funcional al actual esquema de crecimiento.
Desde la provincia de Buenos Aires, y en forma consistente con la estrategia trazada a inicios de 2008 por el gobernador Daniel Scioli, el Banco Provincia viene cumpliendo un rol protagónico en materia de orientación del crédito al servicio de la producción, el empleo y la inclusión social. En 2012 colocamos alrededor de 27.000 millones de pesos en nuevos créditos (33 por ciento por encima de 2011), de los cuales el 80 por ciento fueron destinados al sector productivo, sobre todo a las pymes pertenecientes a las distintas ramas de la actividad económica.
En lo que respecta a la nueva línea de créditos para la inversión productiva impulsada desde el BCRA, al cierre de 2012 el Banco Provincia otorgó casi 2000 millones de pesos, ubicándose entre los bancos que más financiamiento brindaron a través de esta línea, presentando un grado de cumplimiento superior al 130 por ciento del monto exigible por la autoridad monetaria, lo que equivale a unos 500 millones de pesos adicionales.
En este contexto, el compromiso del Banco Provincia con la dirección de estos cambios, en materia de regulación y orientación del crédito, es ineludible, en tanto somos una banca Pyme y de fomento a la producción y empleo. La vocación intrínseca del Banco Provincia orientada al financiamiento de las pymes –consolidada fuertemente en estos últimos años– tiene como fundamento el rol estratégico que las mismas poseen en la actividad económica.
Concretamente, el entramado productivo de la provincia de Buenos Aires cuenta con la presencia de casi 400.000 PyMEs que activamente se posicionan como uno de los componentes esenciales para el desarrollo económico y social de la región. De esta manera, la implementación de una línea crediticia hacia la inversión productiva consolidad el círculo virtuoso entre financiamiento y desarrollo con inclusión social.
En el plano social, las Pymes son empresas con alta demanda de mano obra, incluso muy superior a la presentada por las de mayor tamaño, por lo que el financiamiento y la promoción de ellas resulta esencial por dos motivos. En primer lugar, la inversión de las pymes posee relación directa con la generación de nuevos puestos de trabajo para los ciudadanos de la provincia. En segunda instancia, porque incrementa la posibilidad de sostener el poder adquisitivo de sus ocupados, lo cual finalmente se traduce en un fuerte impulso para el consumo doméstico, principal dinamizador del crecimiento en los últimos años.
Finalmente, mirando el año que se inicia y considerando las muy buenas perspectivas en la agroindustria (de la mano de la campaña agrícola prevista), junto con otros sectores industriales proveedores de insumos y de bienes de capital (traccionados por una mayor demanda desde Brasil), tendremos un gran desafío desde nuestra banca pública para responder a las necesidades de estos impulsores del crecimiento (con gran protagonismo de las pymes). Seguiremos trabajando en pos de una banca orientada a las necesidades de la producción y el trabajo, promoviendo también una bancarización que sea un mecanismo efectivo de inclusión social, para posicionar una vez más a la provincia de Buenos Aires como el motor del crecimiento económico nacional.
* Presidente del Banco Provincia.
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