La mujer que circulaba por las calles de Mar del Plata, como habitualmente, en su camioneta Dodge 4x4, no imaginó la trascendencia que tendría el haber sido detenida, en ese momento, por el operativo de control de ARBA. Tras pedirle la documentación y hacer la consulta y verificaciones, el inspector le comunicó a la conductora que el vehículo le sería secuestrado por una deuda por patentes de 8700 pesos. La dama, adiestrada por otros casos que había visto en televisión, se negó a salir del auto y anunció que no se movería hasta que su marido viniera a rescatarla, junto con el vehículo. El caballero invocado, efectivamente, hizo su aparición unos minutos después, a bordo de una imponente Mitsubishi, cuyo número de dominio, al ser chequeado por ARBA, resultó corresponder con una deuda de su titular por 24.000 pesos. Ambos vehículos resultaron incautados.

El dato estadístico es que la Dodge 4x4 fue el rodado número 100 secuestrado por ARBA. Pero el caso es ilustrativo de una conducta que los fiscalizadores de la provincia encuentran cada vez con más frecuencia: la impunidad con la que los deudores morosos de alto poder adquisitivo eluden sus compromisos. Este caso del matrimonio, que prácticamente ignoraba tener la deuda de ambos rodados, se repite en muchos de los casos que componen la lista que ayer publicó ARBA.

En ella se encuentran una modelo mediática hasta con un affaire en la alta política, un goleador de primera A que está involucrado en los pases investigados por la AFIP por triangulación, otro recientemente transferido a Bélgica y varios empresarios poderosos que se regodean de sus modelos de autos ultra exclusivos y los exhiben como verdaderas joyas.

Un rasgo común a todos ellos es que prácticamente ninguno habían pagado jamás una patente de su auto (salvo la primera, que se cobra con la transferencia). Ni necesidad ni especulación. ¿Será impunidad de nuevo o tradicional rico?