Desde Ho Chi Minh

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner llegó ayer a esta ciudad en la que dará inicio a su gira por Vietnam. Con una temperatura de 33 grados, pese a ser pleno invierno, el avión con la jefa de Estado aterrizó a las 14 (cuatro de la madrugada de Argentina) en el aeropuerto Tan Son Nhat. A la organización le tomó casi tres horas planificar y llevar a cabo el traslado de la mandataria al Hyatt Hotel debido al tráfico anárquico característico del lugar. La agenda de la Presidenta se inicia hoy con una visita a los túneles de Cu Chi, un entramado construido por los vietnamitas durante la ocupación francesa y que utilizó la guerrilla del Viet Cong durante el intento de ocupación de los Estados Unidos. A las 18 se reunirá con el presidente del Comité Popular, Lê Hoàng Quâng, con quien pasará revista a los acuerdos comerciales existentes.

En Ho Chi Minh las banderas del Partido Comunista flamean en medio de excéntricos rascacielos. Los puestos callejeros –donde venden desde comida al paso hasta perros Chow-Chow– se encuentran separados sólo por una avenida de las tiendas de diseño Armani o de primeras marcas de electrónica y sucursales de cadenas hoteleras y de restaurantes, como el Hard Rock. Se destaca el rascacielos Bitexco, el segundo más alto del país, construido por los arquitectos que diseñaron el Burj Khalifa, en Dubai. El explosivo crecimiento de la economía vietnamita, a tres décadas de haber comenzado a abandonar progresivamente el modelo de planificación estatal marxista (ver aparte), corre en paralelo con la acentuación de las desigualdades sociales.

Estas inequidades explican una de las características más llamativas de esta ciudad: la cantidad de motos –en su mayoría ciclomotores o scooters– que circulan durante todo el día y que los habitantes utilizan para todas sus actividades. Se calcula que existen más de 6 millones de motos para unas 7 millones de personas y sólo 500 mil autos en poder de los más pudientes. Esto se debe al bajo costo de las unidades, las cuales pueden adquirirse desde 300 dólares, aunque el precio se incrementa si se pasa de un modelo chino a marcas como Honda o Suzuki. Los autos son extremadamente caros por los costos de importación, ante las trabas comerciales que impone el gobierno vietnamita para proteger su producción.

El tránsito es un caos. Casi no hay semáforos y los pocos que existen no se respetan. Los motociclistas suelen circular incluso por las veredas. Sólo hay unas pocas reglas: no se puede ir a más de 40 kilómetros por hora ni transitar por la derecha –es el carril destinado a los autos– y no pueden ir más de dos adultos en cada moto.

La coordinación para poder cortar el tránsito y permitir el traslado de la Presidenta derivó en que llegara recién a las 16.45 al Hyatt Hotel, frente al Opera House, construido en 1897 por el arquitecto francés Eugene Ferret. En la entrada se dispuso una alfombra roja que fue acondicionada varias veces, mientras se demoraba el arribo de Cristina. El hall central del hotel mantiene un ambiente sobrio, con mucha madera y arañas cuyas luces simulan velas. El lobby está separado del comedor central por una bodega de cristal, con capacidad para unas 900 botellas, entre las que priman las marcas italianas.

Sólo siete cuadras separan al hotel del Palacio de la Reunificación, antigua Casa de Gobierno durante la ocupación francesa y de la posterior Vietnam del Sur, que en 1975 se rindió ante las tropas del Norte y el Viet Cong. Allí será la reunión protocolar entre Fernández de Kirchner con Hoàng Quâng. Según señalaron fuentes de la comitiva, no está previsto rubricar nuevos acuerdos en este destino.

El sistema político y administrativo del municipio de Ho Chi Minh está compuesto por un Consejo Popular de 95 diputados elegidos por sufragio y el Comité cuenta con 13 miembros escogidos por el Consejo. El presidente del Consejo es el oficial de mayor jerarquía, mientras que el del Comité es el máximo ejecutivo, a diferencia de la figura de alcalde que existe en el esquema de otras ciudades.

El clima será un factor clave para determinar la agenda de la jefa de Estado, debido al riesgo de que las altas temperaturas puedan derivarle en una lipotimia. Ho Chi Minh, ex Saigón, tiene una bajísima amplitud térmica, la cual va de 30 a 39 grados durante todo el año y un nivel de humedad que puede llegar al ciento por ciento, lo que se traduce en una especie de rocío que cubre las aceras. Si se mantiene en niveles “razonables” –señalaron desde la comitiva– está previsto a las 11.30 (1.30, hora argentina) su visita a los túneles de Cu Chi, abiertos a turistas, que unen varias aldeas y cruzan ríos, y que albergaron a unos 10 mil combatientes del Viet Cong durante el conflicto con Estados Unidos. La reconstrucción de la ciudad desde aquella guerra fue rápida, pero dejó secuelas en el clima –se intensificó el nivel de precipitaciones tras los bombardeos– y el cuerpo de miles de habitantes de la ex Saigón. En los alrededores del mercado Ben Thanh piden limosna personas con malformaciones producto de un herbicida conocido como agente naranja, que el ejército estadounidense regó para arrasar la vegetación que servía de refugio a los combatientes del Viet Cong.

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