Después de las presiones cruzadas que se dispararon por la decisión de inhabilitar a 17 frigoríficos para exportar carne a Europa dentro del marco de la Cuota Hilton, la Secretaría de Agricultura ha empezado a revisar esa medida. Esa dependencia informó que está analizando los “efectos globales” de esa resolución que afecta a esos frigoríficos, pero para no quedar autodescalificándose reafirmó “la necesidad de cumplir las normas para salvar la credibilidad sanitaria internacional”.
El titular de Agricultura, Miguel Campos, indicó que “en principio, ratifico que las normas sanitarias hay que cumplirlas y respetarlas pues de lo contrario corremos el riesgo de perder credibilidad internacional”, en diálogo con Télam. Pero admitió que “desde la secretaría se analizan los efectos globales” económicos y sociales por pérdida de puestos de trabajo como consecuencia de la disposición sanitaria y no descartó que “la medida pueda ser mejorada”, sin que esto implique “la inmediata rehabilitación de las plantas”.
En respuesta a una consulta sobre las reacciones provocadas por la suspensión de 17 plantas dispuesta la semana pasada por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria, Campos enfatizó que “como secretaría, no puedo más que respetar las normas”. En medio de los reclamos de los gobiernos de Buenos Aires y Córdoba, protestas de los trabajadores de las plantas afectadas y cuestionamientos al presidente del Senasa, Bernardo Cané, el secretario indicó que “las medidas sanitarias, para ser justas y creíbles, no deben ser arbitrarias”.
Pero al referirse a los reclamos interpuestos por las administraciones provinciales, el funcionario precisó que “no se puede anular una norma sanitaria por razones políticas”. En cambio admitió que “podría haber un acortamiento de los plazos para nuevas inspecciones” o “diferentes tiempos en la adjudicación de la Cuota Hilton”.